El gobernador de Florida, Ron DeSantis, entró en la carrera por la candidatura republicana a la Presidencia de Estados Unidos, una puja en la que se enfrentará directamente con el expresidente Donald Trump, quien busca otro periodo en la Casa Blanca pese a que ya está imputado por evasión de impuestos y acoso sexual.
DeSantis, del ala más conservadora de ese partido, lanzó su aspiración durante un Twitter Space que realizó con el propietario de esa red social, el multimillonario Elon Musk, un empresario cercano a los políticos de derecha que ya había mostrado sus guiños con los planteamientos republicanos.
El político de 44 años que acaba de firmar una ley de migración más estricta para el Estado de Florida se citó con Musk, el magnate que trina fotografías del arma que guarda en su mesa de noche, en una conversación virtual en la que DeSantis prometió recuperar la Casa Blanca para los republicanos.
La afirmación hecha por DeSantis es más que una promesa de campaña. La candidatura suscita esperanzas para los republicanos que buscan una alternativa al expresidente Trump, cuyas ideas comparte, pero no los excesos.
“Es la primera vez que vivimos algo así en una red social”, dijo Musk sobre el formato elegido por DeSantis.
DeSantis se perfila como el mayor rival de Trump, de 76 años, por la investidura republicana. El vencedor de esas primarias afrontará en noviembre de 2024 al candidato elegido por el Partido Demócrata, muy probablemente el actual presidente, Joe Biden, quien quiere reelegirse pese a que ya tiene 80 años de edad.
Más conservador que Trump
DeSantis era un congresista casi desconocido cuando ganó las elecciones a gobernador en 2018 de una forma sorprendente y tras contar con un apoyo decisivo de Trump desde la Casa Blanca.
Desde entonces se ha convertido en una estrella ascendente en la derecha de Estados Unidos con políticas muy conservadoras en asuntos como la educación, el aborto o la inmigración.
Unas iniciativas que le han brindado una amplia cobertura mediática y una reelección triunfal en noviembre de 2022. Pero la batalla por la investidura republicana revelará si su nuevo estatus en el partido es suficiente para imponerse ante Trump.
Numerosos sondeos le dan una amplia ventaja al expresidente frente al gobernador, aunque esos resultados deben tomarse con cautela ya que aún faltan meses para las primarias. Una de las fotografías de la opinión pública más reciente fue la de Morning Consult que mostró al expresidente con un 63% de favorabilidad versus el 18% del gobernador.
La principal diferencia entre los dos candidatos reside, sobre todo, en sus actitudes. Para muchos, DeSantis, hijo de una familia de clase trabajadora, veterano de guerra y licenciado en Harvard y Yale, tiene un grave déficit de carisma frente al exuberante magnate inmobiliario.
Las hostilidades entre Trump y DeSantis empezaron antes de la entrada del gobernador al ruedo por la Presidencia. Trump lleva semanas multiplicando las críticas a su rival en sus redes sociales y en sus mítines, mientras que DeSantis ha contraatacado a su manera, más sutil, recordando lo que más le duele al expresidente: su derrota en las últimas presidenciales contra el demócrata Joe Biden.
En su campaña, DeSantis podrá contar con donaciones generosas (110 millones de dólares hasta la fecha) con las que espera acortar la distancia y inundar el país con anuncios.
El gobernador de Florida, Ron DeSantis, entró en la carrera por la candidatura republicana a la Presidencia de Estados Unidos, una puja en la que se enfrentará directamente con el expresidente Donald Trump, quien busca otro periodo en la Casa Blanca pese a que ya está imputado por evasión de impuestos y acoso sexual.
DeSantis, del ala más conservadora de ese partido, lanzó su aspiración durante un Twitter Space que realizó con el propietario de esa red social, el multimillonario Elon Musk, un empresario cercano a los políticos de derecha que ya había mostrado sus guiños con los planteamientos republicanos.
El político de 44 años que acaba de firmar una ley de migración más estricta para el Estado de Florida se citó con Musk, el magnate que trina fotografías del arma que guarda en su mesa de noche, en una conversación virtual en la que DeSantis prometió recuperar la Casa Blanca para los republicanos.
La afirmación hecha por DeSantis es más que una promesa de campaña. La candidatura suscita esperanzas para los republicanos que buscan una alternativa al expresidente Trump, cuyas ideas comparte, pero no los excesos.
“Es la primera vez que vivimos algo así en una red social”, dijo Musk sobre el formato elegido por DeSantis.
DeSantis se perfila como el mayor rival de Trump, de 76 años, por la investidura republicana. El vencedor de esas primarias afrontará en noviembre de 2024 al candidato elegido por el Partido Demócrata, muy probablemente el actual presidente, Joe Biden, quien quiere reelegirse pese a que ya tiene 80 años de edad.
Más conservador que Trump
DeSantis era un congresista casi desconocido cuando ganó las elecciones a gobernador en 2018 de una forma sorprendente y tras contar con un apoyo decisivo de Trump desde la Casa Blanca.
Desde entonces se ha convertido en una estrella ascendente en la derecha de Estados Unidos con políticas muy conservadoras en asuntos como la educación, el aborto o la inmigración.
Unas iniciativas que le han brindado una amplia cobertura mediática y una reelección triunfal en noviembre de 2022. Pero la batalla por la investidura republicana revelará si su nuevo estatus en el partido es suficiente para imponerse ante Trump.
Numerosos sondeos le dan una amplia ventaja al expresidente frente al gobernador, aunque esos resultados deben tomarse con cautela ya que aún faltan meses para las primarias. Una de las fotografías de la opinión pública más reciente fue la de Morning Consult que mostró al expresidente con un 63% de favorabilidad versus el 18% del gobernador.
La principal diferencia entre los dos candidatos reside, sobre todo, en sus actitudes. Para muchos, DeSantis, hijo de una familia de clase trabajadora, veterano de guerra y licenciado en Harvard y Yale, tiene un grave déficit de carisma frente al exuberante magnate inmobiliario.
Las hostilidades entre Trump y DeSantis empezaron antes de la entrada del gobernador al ruedo por la Presidencia. Trump lleva semanas multiplicando las críticas a su rival en sus redes sociales y en sus mítines, mientras que DeSantis ha contraatacado a su manera, más sutil, recordando lo que más le duele al expresidente: su derrota en las últimas presidenciales contra el demócrata Joe Biden.
En su campaña, DeSantis podrá contar con donaciones generosas (110 millones de dólares hasta la fecha) con las que espera acortar la distancia y inundar el país con anuncios.