Jorge Glas es el político ecuatoriano que tiene a Ecuador y México inmerso en una crisis diplomática. El exvicepresidente tiene sobre sus hombros varias investigaciones de la justicia de Ecuador por hechos de corrupción mientras ocupaba altos cargos en el gobierno de ese país.
La carrera política de Glas de 54 años se consolidó durante el gobierno del expresidente Rafael Correa pasando a importantes cargos como ministro Coordinador de los Sectores Estratégicos en 2010 a asumir la vicepresidencia de la República en 2013, siendo la fórmula de Correa en las elecciones presidenciales.
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Su cercanía con el expresidente, quien actualmente está exiliado y lleva viviendo en Bélgica desde hace siete años para evitar la cárcel en Ecuador por una condena por el caso Sobornos, lo llevó a ocupar otro importante cargo público en el ministerio de Telecomunicaciones.
Sin embargo, la carrera política del exvicepresidente, quien estaba ocupando por segunda vez el cargo luego de las elecciones de 2016, se vio empañada por acusaciones de corrupción relacionadas con el caso Odebrecht, que implicaba presuntos sobornos en contratos de obra pública.
Por lo que en diciembre de 2017 fue arrestado y posteriormente condenado a seis años de prisión tras ser declarado culpable de recibir sobornos. Durante su tiempo en prisión, Glas denunció una supuesta persecución política en su contra. Glas intentó conseguir varias veces la libertad condicional, hecho que logró en 2022, luego de pasar cerca de cinco años en prisión.
Pero no era solo por ese caso que Glas estaba siendo investigado. A finales de 2023, el exvicepresidente estaba vinculado a otro caso de corrupción por el manejo de fondos tras el terremoto que había sacudido a Ecuador en 2016. Ahí fue donde Glas buscó refugio diplomático en la embajada de México.
Por este delito de presunta malversación de fondos, Ecuador había solicitado a México permiso para arrestar a Glas en concordancia con una nueva orden de aprehensión en su contra. Sin embargo, este país le había otorgado al exvicepresidente el asilo político.
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Esta táctica no es ajena a los exfuncionarios del gobierno de Correa, pues la exministra de Transporte y Obras Públicas de Ecuador, María de los Ángeles Duarte, también se refugió en la embajada argentina en Quito, pues le esperaba una condena por el delito de cohecho del que también está acusado Glas.
La funcionaria se le concedió asilo diplomático en 2022, pero a mediados de 2023 Duarte huyó a la embajada de Argentina en Caracas, lo que escaló a una crisis diplomática entre Argentina y Ecuador.
En el caso de Glas, el hecho provocó la ruptura de relaciones diplomáticas por parte del presidente mexicano López Obrador luego de que Ecuador decidiera irrumpir en la embajada mexicana en Quito para proceder con el arresto.
