“Para terminar la Odisea del Darién, que no tiene razón de ser (...), iniciaremos con ayuda internacional un proceso de repatriación con todo apego a los derechos humanos de todas las personas que están allí”, dijo Mulino durante un discurso en el acto en que la Junta Nacional de Escrutinio lo proclamó formalmente como próximo presidente para el periodo 2024-2029.
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Mulino había anunciado el 16 de abril, en una caminata de campaña, su intención de “cerrar” el Darién, la frontera selvática de 266 km de longitud y 575.000 hectáreas de superficie, que se ha convertido en los últimos años en un corredor para los migrantes que desde Sudamérica tratan de llegar a Estados Unidos.
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“Para que sepan los de allá [en naciones de Sudamérica] y los que quisieran venir, que aquí el que llega se va a devolver a su país de origen”, añadió Mulino, abogado derechista de 64 años, quien debe asumir el mando el 1 de julio.
“Nuestro Darién no es una ruta de tránsito, no señor, esa es nuestra frontera”, agregó Mulino, quien sustituyó como candidato al inhabilitado exmandatario Ricardo Martinelli (2009-2014), a cuya popularidad debe su triunfo en las elecciones del domingo.
La migración es tema clave en la campaña electoral de Estados Unidos, y el jefe de la diplomacia de ese país, Antony Blinken, anunció el miércoles 578 millones de dólares en ayuda para América Latina, en una conferencia continental en Guatemala, así como sanciones para quienes faciliten la “migración irregular”.
Unos 2,8 millones de migrantes ingresan al año a Estados Unidos de forma irregular, lo que aumenta la presión sobre el presidente y candidato a la reelección en noviembre, el demócrata Joe Biden, mientras los republicanos de su rival Donald Trump lo acusan de no hacer nada al respecto.
América Central también enfrenta complicaciones por los cientos de miles de migrantes, en su mayoría venezolanos, que viajan a través del istmo tras cruzar a pie la inhóspita selva del Darién, donde operan bandas criminales que asaltan, violan y matan a los indefensos viajeros.