Hace dos años, en 2022, el director general de Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, anunciaba, igual que este miércoles, una Emergencia de Salud Pública de Importancia Internacional a causa de la viruela del mono, una enfermedad, cuyo brote, al igual que ahora, surgió de países del continente africano.
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En esa ocasión y tras la reciente pandemia de covid-19, los países reaccionaron y comenzaron a hacerle seguimiento a brote. En Colombia, por ejemplo, hasta el 18 de octubre de 2022 se contabilizaron 3.110 casos positivos de la viruela del mono, 846 de ellos en Antioquia, de los cuales 717 se reportaron en Medellín.
Tras una polémica por la llegada de las vacunas para combatir ese virus en el país y el control que se le hizo a nivel mundial, la OMS levantó la Emergencia de Salud Pública de Importancia Internacional en mayo de 2023, pero un año y unos meses después volvió a registrarse el anuncio por la expansión en África de una nueva variante de la viruela del mono aparentemente más letal, que fue rebautizada como Mpox.
La decisión, anunciada este 14 de agosto, fue unánime entre los miembros del Comité de Emergencia de la OMS. “La detección y rápida propagación de un nuevo clado (variante) de Mpox en el este de la República Democrática del Congo (RDC), su detección en países vecinos que no la habían reportado anteriormente, y el potencial de una mayor propagación dentro de África y más allá es muy preocupante”, explicó Ghebreyesus, director general de la OMS.
“Está claro que una respuesta internacional coordinada es esencial para detener estos brotes y salvar vidas”, agregó sobre las razones de la declaración de la emergencia.
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Pero, ¿qué significa que la OMS declare una Emergencia de Salud Pública de Importancia Internacional?
Pues bien, la agencia sanitaria de la ONU acude al Reglamento Sanitario Internacional (2005), o RSI (2005), para establecer la figura de la Emergencia de Salud Pública de Importancia Internacional (ESPII), ante “eventos extraordinarios que se determinen que constituyen un riesgo para la salud pública de otros estados a causa de la propagación internacional de una enfermedad, y que podrían exigir una respuesta internacional coordinada”.
Esa definición describe la situación actual que se está presentando con el brote de Mpox como un “evento extraordinario” que representa “un riesgo para la salud pública de otros estados a causa de la propagación internacional de una enfermedad”, pues la variante de la viruela del mono se está propagando con rapidez más allá de las fronteras de la República Democrática del Congo.
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La OMS agrega también que una emergencia internacional se declara en casos de una enfermedad “grave, repentina, inusual o inesperada”; que tiene “implicaciones para la salud pública más allá del estado afectado; y puede requerir una acción internacional inmediata”.
Y es que la OMS tomó esta medida por Mpox solo un día después de que los Centros Africanos para el Control y Prevención de Enfermedades decretaran la alerta en el continente (la primera vez que sucede), después de haber registrado 15.000 casos y 461 muertes por este virus en lo que va del año.
El número de contagios detectados es muy superior (un 160 %) al brote de 2022 y aunque la mayoría de estos casos se concentran en Congo, el virus ya se está expandiéndose a otros países como Uganda, Kenia y Ruanda.
Que se declare una Emergencia de Salud Pública de Importancia Internacional no implica ningún tipo de obligación para los países, pero permite una mejor acción coordinada entre los estados, mayor agilidad a la hora de comprar vacunas, y que los gobiernos, especialmente los africanos con el mayor número de casos, puedan agilizar sus procesos para contener más efectivamente la enfermedad.
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Hasta el momento, ningún otro país fuera del continente africano ha anunciado la detección de casos de la nueva variante Mpox de la viruela del mono, pero la alerta se enciende porque los expertos señalan que puede ser más letal que la que generó la emergencia internacional en 2022. En África están falleciendo alrededor del 3 % de las personas que dan positivo, aunque se debe tener en cuenta los niveles de diagnóstico y las precarias condiciones del sistema de salud de ese territorio.
