El expresidente Donald Trump decidió desviarse esta semana de los estados clave en disputa para realizar mitines en Nuevo México y Virginia, estados que han votado por candidatos demócratas durante dos décadas y en los que perdió por un amplio margen en 2020 y también está considerando un viaje a New Hampshire.
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Este jueves, Trump tiene programado un evento en Albuquerque, Nuevo México, confiando en que podrá superar a la vicepresidenta Kamala Harris, quien está dispuesta a ampliar su enfoque más allá de los siete estados más competidos, en los que los recursos de campaña se han concentrado hasta ahora.
Un miembro del equipo de campaña de Trump, que prefirió mantener el anonimato, mencionó que el candidato republicano expandirá su base de apoyo y aprovechar el impulso que percibe dentro de su movimiento en el electorado. La fuente aseguró que Trump construyó una amplia coalición que logró unir al Partido Republicano y atraer a independientes y captar la atención de algunos demócratas con su mensaje.
La estrategia incluye estados que recientemente han favorecido a candidatos demócratas. “Los estadounidenses entienden que Kamala ha afectado negativamente nuestra economía, la seguridad fronteriza y nuestra posición de liderazgo a nivel global”.
La cuestión central es si la campaña de Trump está interpretando estos eventos con un exceso de optimismo o si ha identificado tendencias que podrían no reflejarse aún en las encuestas. En recientes sondeos realizados en Nuevo México, Virginia y New Hampshire, Trump aparece rezagado frente a Harris por más de cinco puntos, siendo New Hampshire el estado más parejo de los tres, con una encuesta aislada que muestra un empate.
Trump y su equipo creen que el candidato tiene una oportunidad de captar más apoyo en la última semana de la campaña. Su equipo de campaña se centra en alentar la participación en las elecciones y en destacar las diferencias con Harris en temas como la inmigración, la inflación y las relaciones exteriores.
Otro funcionario de la campaña, también bajo anonimato, señaló que cada visita de Trump a un estado responde a una evaluación sobre el potencial de ganar allí. La campaña de Harris, por su parte, no ha hecho comentarios al respecto.
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Hasta el momento, no hay evidencia de que Trump tenga asegurados los siete estados clave, entre ellos Pennsylvania, Michigan, Wisconsin, Arizona, Nevada, Georgia y Carolina del Norte, aunque el republicano necesita ganar en varios de estos territorios para obtener los 270 votos electorales necesarios para regresar a la Casa Blanca.
Trump también ha hecho apariciones en otros lugares fuera de estos estados, como un encuentro en el Madison Square Garden de Nueva York y una conferencia en Florida, lo que ha generado críticas de algunos republicanos que interpretan esta estrategia como un alejamiento de los consejos de sus asesores.
Sin embargo, el equipo de campaña actual insiste en que Trump y su grupo comprenden el impacto de cada visita y no programarían eventos en lugares como Albuquerque y Salem, Virginia, si no percibieran una oportunidad real. James Blair, director político de la campaña, declaró en Fox News que las encuestas suelen subestimar el apoyo a Trump y que es posible que esto vuelva a ocurrir. Añadió que estados como Arizona han mostrado un cambio hacia la derecha desde 2020, lo que podría favorecer al expresidente.
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La campaña está optimista, aunque Blair señaló que mantendrán la cautela hasta el final de la contienda: “Siempre es mejor actuar como si estuviéramos 10 puntos abajo. Pero, por el momento, todo pinta muy bien para el presidente Trump”.
