El papa pidió este lunes 8 de enero la “prohibición universal” de la maternidad subrogada, durante su discurso ante los embajadores acreditados ante la Santa Sede.
Para Francisco, el camino hacia la paz exige el respeto de la vida “empezando por la del niño no nacido en el seno materno, que no puede ser suprimida ni convertirse en un producto comercial”.
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En este marco, deploró “la práctica de la llamada maternidad subrogada” que ofende “gravemente la dignidad de la mujer y del niño” y se basa en “la explotación de la situación de necesidad material de la madre”.
“Un hijo es siempre un don y nunca el objeto de un contrato”, ha aseverado. Por todo ello, pidió que la comunidad internacional se comprometa a “prohibir universalmente esta práctica”.
Del mismo modo, ha mostrado su repudio ante la llamada “ideología de género” que ha considerado parte de las “colonizaciones culturales” de la modernidad.
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Para Francisco, hay “nuevos derechos, no del todo compatibles respecto a los definidos originalmente y no siempre aceptables”, que han dado lugar a “colonizaciones ideológicas”, entre las que ocupa un lugar central la “teoría de género”, que es “extremadamente peligrosa porque borra las diferencias en su pretensión de igualar a todos”.
Por otro lado, se ha referido al “reto educativo” del uso ético de las nuevas tecnologías entre los jóvenes, ya que “pueden convertirse fácilmente en instrumentos de división o difusión de mentiras, como las llamadas ‘fake news’, pero también son un medio de encuentro, intercambio mutuo y un importante vehículo para la paz”.
Y más concretamente ha pedido “una atenta reflexión a todos los niveles, nacional e internacional, político y social, para que el desarrollo de la inteligencia artificial -a la que dedica el Mensaje anual de la Jornada Mundial de la Paz- permanezca al servicio del hombre, fomentando y no obstaculizando” las relaciones interpersonales, un sano espíritu de fraternidad y un pensamiento crítico capaz de discernimiento.