Las autoridades de Suiza, el país montañoso ubicado en Europa central, detuvo a varias personas luego de que estas permitieran que al parecer una persona se quitara la vida por medio de una polémica cápsula con diseño futurista construida para el suicidio.
Según las autoridades, este es el primer caso de una persona muerta con lo que parece ser un novedoso método no convencional, de manera que las detenciones fueron realizadas con la premisa de que los detenidos incitaron, ayudaron e instigaron a dicha persona a suicidarse.
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El hecho ocurrió precisamente en una cabaña forestal de Merishausen, una zona escasamente poblada de Suiza en la frontera con Alemania. Además, es un invento de Philip Nitschke, un médico australiano famoso por su trabajo en el suicidio asistido desde los años 90.
¿Cómo es la cápsula?
Este aparato tiene una forma base de óvalo. Cuenta con un diseño aerodinámico al estilo de una nave espacial con el tamaño de poder “guardar” a una persona adulta.
Su nombre, según su creador, es la cápsula “Sarco” y esta causa la muerte de la persona que se meta en ella por medio de una asfixia cuando se libera gas de nitrógeno en el interior, reduciendo la cantidad de oxígeno a nivel mortal.
Al interior, la forma de la cápsula deja a la persona sentada con un asiento reclinable, que cuenta con un botón que al oprimirlo suelta el gas nitrógeno en la cámara sellada. También tiene otro interruptor de emergencia para salir.
El pasado mes de julio, un grupo a favor de la muerte asistida y que promueve el uso de este novedoso dispositivo, diferente a la conocida mundialmente Eutanasia (inyección) dijo que esperaban que la máquina fuera utilizada este año.
Al final, parece que cumplieron su objetivo. Este dispositivo portátil puede imprimirse en 3D y ensamblarse en casa, lo que según su creador representa una ventaja.
Fuerte debate sobre su uso
Claramente, las posturas frente a la utilización de esta cápsula están completamente divididas. Los defensores que están a favor argumentaron que Sarco ofrece una alternativa sin medicamentos ni de médicos, por lo que se amplía el acceso a la eutanasia.
Para su creador, el médico australiano Philip Nitschke, dijo que la máquina ayuda completamente a “desmedicalizar el proceso de morir”, lo cual otorga, según él, muchas ventajas en los casos.
Nitschke dijo anteriormente que su objetivo no es vender comercialmente la máquina, sino, poner a disposición los planos para que cualquiera pudiera descargar el diseño de forma gratuita.
Legalmente, la muerte asistida está protegida en Suiza bajo ciertas circunstancias; sin embargo, la cápsula Sarco ha encontrado varios detractores en el país.
Por otro lado, está el pensamiento de los críticos que están en contra. Principalmente, piensan que, de alguna u otra forma, esta cápsula podría glorificar el suicidio y que la lleguen a utilizar sin supervisión médica.
Para la ministra de Salud de Suiza, Elisabeth Baume-Schneider, el uso de este aparato no sería legal.
“Por un lado, no cumple con las exigencias de la ley de seguridad de los productos y, como tal, no debe ponerse en circulación. Por otro lado, el uso correspondiente de nitrógeno no es compatible con el artículo sobre el propósito de la ley de sustancias químicas”, señaló desde el Parlamento suizo.
Utilizarla podría dar cárcel
El pasado mes de julio, el medio local suizo llamado Blick informó que un fiscal estatal en Schaffhausen, conocido como Peter Sticher, le advirtió a los abogados de la empresa Exit International, organización que promueve el uso de la cápsula, que quien opere la máquina podría enfrentarse a un proceso penal y a varios años en prisión.
Asimismo, otros fiscales de otras partes del país suizo apoyaron dicho mensaje de advertencia y dijeron que en sus respectivas zonas podrían también podría traer consecuencias para la persona que la utilice.
Según informó la BBC, hasta una mujer de 54 años, quien tenía múltiples afecciones de salud, pidió ser la primera persona en utilizar la cápsula para ponerle fin su sufrimiento, pero al final no le permitieron hacerlo.
La empresa Exit International dio a conocer en un comunicado que una mujer de 64 años del Medio Oeste de Estados Unidos, sufría de un “grave compromiso inmunológico” y murió este lunes 23 de septiembre usando la cápsula de suicidio.
Esto ocurrió cerca a la frontera alemana y según la organización, el único que estuvo presente en la muerte de la mujer fue Florian Willet, copresidente de The Last Resort, una filial suiza de Exit International.
Willet, de acuerdo con el comunicado, describió la muerte de la señora como “pacífica, rápida y digna”.
Según las leyes, Suiza es uno de los pocos países en el mundo al que los extranjeros viajan para buscar el suicidio asistido, ya que es permitido, pero, por el contrario, Suiza no permite la eutanasia.
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Es decir, que los profesionales de la salud en el país, ayuden a las personas a acabar con su vida con una inyección letal a petición de ellos y en circunstancias específicas.