Cifras del Servicio Nacional de Migración de Panamá estiman que más de 400.000 personas han llegado al país, después de cruzar la selva del Darién, con el fin de llegar hasta Estados Unidos. Un registro que, mes a mes, demuestra la seria crisis migratoria por la que está atravesando América Latina.
Solamente hasta este miércoles 27 de septiembre, la entidad migratoria había registrado que en lo corrido de este 2023, unos 399.606 migrantes habían entrado al país. Con un ritmo de casi 2.000 personas ingresando por día, durante el último mes, convirtiéndose en una cifra récord, que terminó por superar la de 2022, con 248.000 para estas fechas.
El fenómeno de la migración masiva con destino a Estados Unidos se hizo más visible y evidente en el 2015, cuando miles de cubanos con destino al país norteamericano empezaron a arriesgar su vida, para alcanzar “el sueño americano”.
Las autoridades panameñas estiman que en los próximos meses, la cifra registrada a septiembre de 2023, aumente dramáticamente con los días, después de que identificaran que el flujo migratorio es del 25%, y que buena parte de quienes transitan por la hostil selva, lo hacen en familia y junto a menores de edad.
Buena parte de quienes migran, son viajeros suramericanos. La mayoría vienen desde Venezuela, con un registro de más de 252.000 personas, y Ecuador con 47.724. El tercer lugar lo ocupan los colombianos, con 13.404, y le siguen los antillanos, con más de 39.200, asiáticos con 27.878 y africanos con 7.389.
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Se estima que durante el 2023, al menos 37 de ellos han muerto en medio de los rigores del Darién pañameno –sin contar el enorme subregistro–, una zona densamente boscosa y húmeda, comprendida por 575.000 hectáreas, según datos del Proyecto Migrantes Desaparecidos de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
Sin contar con los robos, asaltos y violaciones sexuales que han venido denunciando los viajeros y los organismos de derechos humanos internacionales.
A la fecha, Panamá es el único país en América que tiene un registro de datos biométricos de los migrantes. Estos suelen ser tomados en estaciones situadas en las fronteras del Darién. Al sur, en límites con Colombia; al norte, con Costa Rica, en donde además entregan atención sanitaria y alimentos. Una operación que le ha costado al país, más de $70 millones de dólares, de acuerdo con cifras oficiales.
Esta estrategia, según explicó el Ministerio de Seguridad en ese país, además de llevar un registro y tener control sobre la zona, también ha impedido que algunos migrantes mueran asfixiados en furgones, se conviertan víctima de explotación sexual o trata de personas, cuando ingresan a territorio panameño, a diferencia de otros países, como es el caso de Colombia, en donde se han denunciado cientos de casos.
Además, desde el pasado 8 de septiembre han empezado generar de manera masiva “deportaciones y las expulsiones de los ciudadanos irregulares que tengan antecedentes penales”, una medida que ya le ha sido aplicada a 452 personas, y que será aplicada en los próximos meses en la frontera con México y Estados Unidos.
La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP, en inglés) entregará a México migrantes deportados en el Puente Internacional de Ciudad Juárez, después de que los dos países llegan a un acuerdo.