La reciente validación de la supuesta reelección de Nicolás Maduro por parte del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) de Venezuela ha desatado una ola de rechazo internacional.
En un comunicado conjunto divulgado desde Quito, once países latinoamericanos han manifestado su rechazo a la decisión del TSJ de convalidar los resultados de las elecciones presidenciales del 28 de julio. Argentina, Costa Rica, Chile, Ecuador, Estados Unidos, Guatemala, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana y Uruguay, fueron quienes expresaron sus dudas.
Estos países han expresado su desaprobación de manera categórica, argumentando que el proceso de verificación de los resultados emitidos por el Consejo Nacional Electoral (CNE) carece de sustento y transparencia.
En su comunicado, los once gobiernos han señalado que el TSJ venezolano ha aprobado los resultados sin una adecuada revisión y verificación, lo que, según ellos, compromete la legitimidad de la reelección de Maduro.
La reelección de Nicolás Maduro para un tercer período consecutivo fue proclamada oficialmente por el CNE el 29 de julio, y el TSJ validó los resultados el jueves. El oficialismo ha afirmado que Maduro obtuvo el 52 % de los votos, mientras que la oposición, encabezada por María Corina Machado, sostiene que su candidato, Edmundo González Urrutia, habría ganado con el 67 % de los sufragios.
La oposición ha divulgado copias de las actas de votación, que asegura corroboran su versión de los hechos. Sin embargo, el oficialismo ha descalificado estos documentos como “forjados”.
En respuesta a la crisis poselectoral en Venezuela, México, quien no firmó la declaración de los 11 países, ha indicado que su gobierno esperará la publicación de las actas de votación antes de tomar una decisión oficial sobre el reconocimiento de la reelección de Maduro.
Durante su conferencia de prensa matutina, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, evitó hacer conjeturas sobre la legalidad del proceso electoral y mencionó que no ha tenido contacto directo con Maduro.
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Aludió que su única comunicación sobre el tema ha sido con los presidentes de Colombia, Gustavo Petro, y de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva. Además, López Obrador ha criticado las posturas de Estados Unidos y la Organización de Estados Americanos (OEA) en relación con la crisis venezolana, argumentando que su enfoque es respetar la soberanía del país sudamericano y evitar intervenciones externas.
En Europa, España también ha solicitado que se publiquen las actas de votación de manera “íntegra y verificable” para considerar válidos los resultados de las elecciones. El presidente chileno Gabriel Boric, por su parte, ha acusado al TSJ venezolano de “consolidar el fraude” electoral, reflejando una postura crítica hacia el proceso.
La controversia en torno a la reelección de Nicolás Maduro ha desatado una intensa discusión a nivel internacional, poniendo en evidencia la profunda polarización y la falta de consenso sobre la legitimidad de los comicios en Venezuela. Los cuestionamientos y la presión internacional continúan, mientras el país sudamericano enfrenta una crisis poselectoral que cada día deja más personas desaparecidas.
Venezuela respondió
El gobierno de Venezuela, por su parte, tildó de “inaceptable acto de injerencia” el rechazo de Estados Unidos y 10 países de Latinoamerica al fallo del TSJ, según un comunicado leído por el canciller Yván Gil.
Venezuela “rechaza en los términos más enérgicos el grosero e insolente comunicado” en el que Argentina, Costa Rica, Chile, Ecuador, Guatemala, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana y Uruguay condenaban junto a Estados Unidos la sentencia de la Corte Suprema, expresó Gil. “Pretenden continuar violando el derecho internacional cometiendo un acto inaceptable de injerencia en asuntos que solo competen a los venezolanos”, agregó.
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