Un nuevo capítulo se suma al conflicto en Gaza tras la confirmación de Hamás sobre la muerte de su líder Yahya Sinwar, abatido el 16 de octubre por las fuerzas israelíes en Rafah, al sur de la Franja de Gaza.
Sin embargo, a pesar de este duro golpe, Hamás dejó claro que su lucha continúa y que no liberarán a los rehenes en su poder hasta que Israel detenga la guerra. “Se levantó como un héroe, como un mártir, avanzando sin retroceder”, reza el comunicado oficial de Hamás tras la muerte de Sinwar.
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El líder fue calificado como un “hombre noble y valiente”, y su partida ha sido tomada por los radicales como un símbolo de resistencia más que como una derrota. Jalil al Haya, uno de los altos cargos del grupo, apareció en un video afirmando que la ocupación israelí “pronto lamentará lo ocurrido”.
La muerte de Sinwar, considerado el arquitecto del brutal ataque del 7 de octubre de 2023 que desató el conflicto actual, es sin duda un hito en la guerra entre Israel y Hamás.
Aquel día, cientos de milicianos palestinos cruzaron la frontera y mataron a más de 1.200 personas en Israel, la mayoría civiles, mientras que otros 251 fueron secuestrados. Desde entonces, el conflicto ha cobrado la vida de más de 42.500 palestinos, según el Ministerio de Salud de la Franja de Gaza, y ha desplazado a cientos de miles más.
Israel anunció con fuerza la muerte de Sinwar, un hecho que, según el primer ministro Benjamin Netanyahu, marca “el principio del fin de la guerra”. Pero la realidad en el enfrentamiento es más compleja de lo que parece. A pesar de la eliminación de Sinwar, las fuerzas israelíes siguen bombardeando el enclave de Gaza y enfrentándose a ataques tanto de Hamás como de Hezbolá.
Al igual que Netanyahu y el ministro de defensa, Joav Gallant, el líder del ejército israelí, el general Herzi Halevi, aseguró que la guerra no se detendrá hasta que “todos los autores del ataque sean capturados y los rehenes regresen a sus hogares”.
Aunque Sinwar fue uno de los principales responsables del ataque, Hamás sigue siendo una organización con grandes filas, con líderes que operan tanto desde Gaza como desde el exterior, y su influencia en la región sigue siendo fuerte.
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Uno de los puntos más críticos de este conflicto, desde el 7 de octubre, es la situación de los rehenes. Hamás mantiene cautivos a 97 israelíes y ha dejado claro que no los liberará hasta que se cumplan sus condiciones.
En su declaración tras la muerte de Sinwar, Hamás afirmó que, “no quedarán libres a menos que cese la agresión contra nuestro pueblo, se produzca una retirada completa, y nuestros heroicos prisioneros salgan de las cárceles de la ocupación”, mientras que Israel pido lo mismo, sumado a la liberación de los rehenes. Esto coloca al Gobierno de Netanyahu en una situación difícil, quien se muestra completamente reacio a poner fin a la avanzada y mucho menos a negociar.
La muerte de Sinwar generó reacciones en todo el mundo, la mayoría pidiendo que el hecho se convierta en la oportunidad para negociar la paz. El presidente estadounidense, Joe Biden, expresó su satisfacción por el anuncio y lo calificó como una “oportunidad para buscar el camino hacia la paz”.
En ese orden de ideas, los líderes de varios países europeos, como Alemania, Francia y Reino Unido, pidieron el fin de la guerra en Gaza, además señalaron la necesidad de garantizar que la ayuda humanitaria llegue a los civiles atrapados en medio del conflicto.
A pesar de los esfuerzos diplomáticos y los llamados a un alto al fuego, la guerra en Gaza sigue sin tregua. Y a esto se le suma que el canciller iraní, Abás Araqchi, aseguró que Sinwar sigue siendo una “fuente de inspiración para aquellos que luchan contra Israel”, lo que causa preocupación por una posible intervención iraní.
El futuro del conflicto sigue siendo incierto, y aunque la muerte de Sinwar es un momento clave, no parece que vaya a marcar el final de esta guerra que ya ha cobrado un precio tan alto para ambas partes.
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