Así lo aseguró un experimentado piloto en diálogo con EL COLOMBIANO. Las cifras hablan por sí solas: de los miles de vuelos que se realizan a diario en todo el mundo con aviones de la multinacional norteamericana, solo nueve han tenido incidentes en lo que va del 2024. Esas situaciones, en la mayoría de casos, no han pasado de un susto para los tripulantes.
Es cierto que, por ejemplo, en el incidente que ocurrió el 11 de marzo en un vuelo de Latam realizado en un 787 Dreamliner, que viajaba desde Australia hasta Nueva Zelanda, hubo un “evento técnico” que llevó a que por lo menos 50 personas debieran recibir atención médica por lesiones cuando aterrizaron en Aucklan. También que 12 de ellas fueron hospitalizadas y una llegó a estar en estado grave.
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Es verdad, además, que en 2018 y 2019 dos aviones de la referencia 737 Max 8 de Boeing protagonizaron dos accidentes mortales que dejaron un saldo de 346 personas fallecidas en Indonesia y Etiopía, lo que llevó a que desde entonces los aviones de esa referencia no tengan permiso para volar por una decisión la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos.
Sin embargo, hay una explicación para lo que sucedió con esas referencias. Según indicó el piloto consultado, lo que llevó a que esos aviones se precipitaran fue la falta de comunicación de la empresa fabricante con los pilotos que los manejaban de una actualización tecnológica que le hicieron.
Los 737, el icono de Boeing
Aunque la empresa estadounidense Boeing construye aviones de manera masiva desde la Segunda Guerra Mundial, fue en 1979 cuando dio el golpe en el mercado con su producto estrella: el avión de referencia 737, que fue el primero en el mundo que tuvo las características de las aeronaves que se conocen hoy en día: el motor debajo de las alas y la forma de pájaro alargada que permite que vuelen más de 100 pasajeros.
Esa referencia tuvo pocas actualizaciones hasta en 1989, cuando Airbus, la competencia directa, sacó su avión de referencia 320, que no solo era un poco más grande en espacio, por lo que permitía el transporte de una mayor cantidad de personas, sino que tenía una configuración en los motores: los hizo más parecidos a los que tienen las aerolíneas ahora.
“Ahora en la industria mandan los motores turbofan, o sea, un motor de estos redondos de los que hemos visto toda la vida, pero con el ventilador de adelante más grande. Eso hace que el motor sea más eficiente”, aseguró el piloto consultado por este diario.
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Entonces, cuando Boeing trató de restar diferencia con la competencia, se enfrentó a un problema. El diseño de un motor más grande hacía que, por la altura de su 737 original, quedara muy pegado del suelo. Al final lograron resolverlo.
“La solución fue recortar lo que sostiene el motor, para decirlo en palabras coloquiales, lograr que esa parte del avión quedara más metida en el ala”. Después de eso se pudo ampliar hasta a más de 150 la cantidad de pasajeros que transportaban. Con el paso del tiempo la capacidad de los aviones que de la empresa estadounidense fue creciendo.
El problema de estabilidad y la actualización “peligrosa”
Pero entonces empezó a ocurrir otro problema: se afectó el balance de algunos aviones, su centro de gravedad, que es una de las cosas que más se cuidan por parte de los pilotos cada día, no solo para evitar caídas en las aeronaves, sino para poder ahorrar combustible. Entonces ese ítem dejó de estar entre los límites normales.
Para solucionarlo, la empresa empezó a idear un sistema de estabilización por computador, parecido al que tenían los aviones de guerra. Lo implementaron en las actualizaciones que realizaron en los últimos años. Las aeronaves que protagonizaron los accidentes de 2018 y 2019 lo tenían.
“Eso lo hicieron pensando en que si el avión se mueve de manear muy fuerte, por lo general el cerebro humano (del piloto), se tarda un tiempo en responder y además pasa que, como entra en pánico, lo que hace puede llevar a que la decisión que tome no sea la adecuada. Es como cuando uno va manejando un carro, ve un hueco y en lugar de pasar por encima de él mete un timonazo que termina en un accidente grave”, agregó el piloto, que ha piloteado este tipo de aviones.
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Lo que pasó con los accidentes en Indonesia y Etiopía fue que los aviones perdieron estabilidad, se activó el sistema, los pilotos no lo conocían porque no sabían que la aeronave lo tenía y entonces perdieron el control.
En Colombia también hay aviones de Boeing
Avianca, que es la empresa de aviación más grande de nuestro país, tiene una flota de cerca de 14 aviones Boeing de referencia 787-8, que utiliza para hacer vuelos transatlánticos de largo alcance como las rutas que van desde Bogotá hasta ciudades de Europa como Madrid, Londres, Barcelona, entre otras.
Estas aeronaves fueron compradas en 2014. Por un lado, debido a que son eficientes y permiten que se ahorren hasta 10 toneladas de combustible en comparación con las Airbus A330-220 que cumplían antes esa función. Ahora un vuelo de la capital colombiana a la de Inglaterra se pueden gastar, en promedio, 50 toneladas de hidrocarburo, lo que hace al avión de Boeing ecosostenible.
Por otro lado, la otra empresa criolla que cuenta con aviones construidos por la marca norteamericana es Wingo, que de acuerdo con información publicada en su página web tiene seis aeronaves 737-800 Next Generation.
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Por su parte, las compañías extranjeras que viajan desde y hacia Colombia que poseen aviones de Boeing son: American Airlines (79), Copa Airlines (50), Aeroméxico (19) y Turkish Airlines (2).