Desde su ingreso en el hospital, se conoció que el papa Francisco ha recibido una avalancha de cartas y mensajes de apoyo provenientes de distintos rincones del mundo, según informó el Vaticano.
Poste Italiane, el principal servicio postal de Italia, reportó que la correspondencia dirigida al pontífice ha aumentado hasta en 150 kilos diarios, una muestra de la preocupación de los fieles por su estado de salud.
“Si normalmente recibe cientos de cartas de todo el mundo cada semana, se ha disparado el volumen de correspondencia dirigida a Francisco desde que está ingresado en el hospital Gemelli”, detalló el Vaticano este lunes.
Las cartas, muchas de ellas acompañadas de dibujos, atraviesan un extenso proceso antes de llegar a manos del jesuita argentino de 88 años.
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Primero, el correo destinado a la Santa Sede es revisado en el centro de clasificación de Fiumicino, donde se somete a controles de seguridad.
Luego, pasan por un sistema informatizado de registro y pesaje antes de ser trasladadas al Centro de Distribución de la zona norte de Roma, que gestiona el correo del Hospital Gemelli.
Finalmente, las cartas se ordenan y clasifican en buzones “dedicados a los llamados “grandes clientes”, entre los que se encuentra el policlínico que alberga actualmente al Santo Padre”, según detallaron desde la sede central de la Iglesia Católica.
“Es emocionante ver cartas de todo el mundo dirigidas al Santo Padre en un momento tan delicado, es una hermosa muestra de afecto y participación”, expresó el responsable del Centro de distribución, Andrea Di Tommaso.
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¿Cómo sigue la salud del papa Francisco?
El estado de salud del papa Francisco, hospitalizado desde el 14 de febrero por problemas respiratorios, se mantuvo sin cambios este lunes.
“En algunos momentos, probablemente breves, el papa puede prescindir de la ayuda del oxígeno, como cuando se desplaza”, indicó la oficina de prensa del Vaticano.
El líder espiritual de 1.400 millones de católicos en el mundo fue ingresado hace 32 días por una bronquitis, que derivó en una neumonía bilateral. Desde entonces, no ha hecho ninguna aparición pública.
El último parte médico, difundido el sábado por la noche por la Santa Sede, indicó que su estado de salud se mantenía “estable”, pero que necesitaba aún continuar con su tratamiento en el hospital pese a su “mejora gradual”.
Este lunes, el primer papa latinoamericano continuó con la fisioterapia respiratoria y motora, que combinó con momentos de reposo, oración y trabajo, según la oficina de prensa. “La situación se mantiene estacionaria”, agregó.
Tras su última crisis respiratoria, el 3 de marzo, los médicos le administran oxígeno con una mascarilla de oxígeno durante la noche, cuyo uso empezaron a reducir “progresivamente” a fines de la semana pasada para que sus pulmones estuvieran más activos.
El Vaticano explicó este lunes que también empezaron a reducir la intensidad del flujo de oxígeno administrado durante el día con una cánula nasal, señal de que el pontífice recupera gradualmente su capacidad pulmonar.
El 10 de marzo su pronóstico dejó de ser reservado. Sin embargo, los médicos todavía no se pronunciaron sobre una fecha de alta y la Santa Sede apunta a una recuperación lenta.
Esta hospitalización es la más larga en sus 12 años de pontificado y genera preocupación sobre la continuidad del “Santo Padre”, que en los últimos tiempos rechazó renunciar como su predecesor Benedicto XVI en 2013.