Milicianos del movimiento islamista palestino Hamás masacraron el sábado a alrededor de 250 personas que participaban en una fiesta al aire libre en Israel cerca de la franja de Gaza, indicó este lunes un portavoz de la oenegé Zaka que ayudó a recoger los cadáveres.
”En la zona donde tuvo lugar el festival de música y en la fiesta misma había unos 200-250 cuerpos”, dijo a la AFP Moti Bukjin, portavoz de Zaka, basándose en el número de camiones que transportaron los restos durante la operación de recuperación de los cadáveres.
”Soy voluntario en Zaka desde hace 28 años y después de la catástrofe de Merón (una avalancha mortífera durante una peregrinación judía en el norte de Israel) y sus 45 muertos pensaba haber tocado fondo”, dijo Bukjin en una conversación telefónica, antes de volver a las zonas del sur de Israel golpeadas por milicianos de Hamás infiltrados.
“Pensaba que era el fin del mundo, pero claramente, las cosas pueden ser peores, netamente peores”, agregó, al evocar lo que vio cerca del kibutz de Reim.
“Masacraron a la gente a sangre fría, de una forma absolutamente inconcebible”, añadió.
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El ataque sorpresa de Hamás contra Israel es el resultado de una operación cuidadosamente coordinada y que podría prolongarse en el tiempo, con las acusaciones de Occidente contra Irán de fondo.
La ofensiva comenzó el sábado de madrugada en pleno “sabbat” --día sagrado para los judíos--, en un momento simbólico: 50 años y un día después de la guerra árabe-israelí de Yom Kipur.
“Es un gran fracaso para Israel y un gran éxito para Hamás”, lamenta Kobi Michael, investigador del centro de reflexión INSS de Tel Aviv. “No estábamos preparados”, asegura.
El alcance del ataque no deja lugar a dudas. “Para lanzar una operación de este tipo, se necesita mucha preparación, planificación, coordinación, y contar con perspectivas y objetivos importantes”.
En este sentido, “Hamás sabe muy bien que el precio de una operación así será muy alto”, agrega el experto.
Hamás dispone de un arsenal difícil de cifrar, pero muy variado. Este procede de Irán, de Siria antes de la revolución, de la Libia post-Gadafi y de otros países de Oriente Medio, asegura un experto occidental en armamento, que pide el anonimato y alimenta una cuenta en la red social X bajo el pseudónimo Calibre Obscura.
Sus armas ligeras proceden de China o de la antigua Unión Soviética, con “cantidades importantes robadas o incautadas durante los combates con el ejército israelí”, precisa el experto, evocando también drones y lanzagranadas.
La mayoría de cohetes de Hamás se fabrican localmente: “sistemas de misiles no guiados”, que “no requieren tecnología avanzada” y son poco precisos, explica Elliot Chapman.
El movimiento palestino podría imitar al Hezbolá libanés, que disimula sus fuerzas hasta el momento de lanzar una operación importante, observa Fabian Hinz. “Podríamos ver surgir capacidades totalmente nuevas en caso de una invasión terrestre de la Franja de Gaza” por parte de Israel, agrega.