Daniel Sancho, asesino del cirujano colombiano Edwin Arrieta, no se libraría de condena en Tailandia a pesar de colaborar con las autoridades entregando detalles precisos del crimen en un hotel en el que pasaban los días. El ocultamiento de pruebas que lo podían incriminar y su confesión podrían hundirlo en una estricta pena por las autoridades de ese país que incluso están pidiendo una cadena perpetua.
Por ahora Sancho está cumpliendo una medida preventiva en la prisión Koh Samui mientras espera el juicio y un juez le dicta la condena final. Sin embargo, las autoridades están convencidas de que Sancho debería pagar con pena de muerte.
Pero se sabe que las posibilidades apuntan a que el joven chef español podría ser condenado a una pena perpetua y en ese caso sería trasladado a la cárcel de Bangkok que, según medios españoles, es una de las cárceles más peligrosas del mundo.
Desde allí, Artur Segarra, un convicto español que cometió un asesinato en Tailanda, le envió un comunicado a Sancho contándole sobre las condiciones de vida en esa cárcel. Según medios locales, Segarra expuso cómo es su día a día para que Sancho se prepare si es que le perdonan la vida y le toca pisar la cárcel asiática.
Segarra envió la misiva al magacín “Tardear” contando su rutina. “Me levanto a las tres y media de la mañana para leer la Biblia (...) sobre las cuatro y media despierto a un par de compañeros. Las celdas son comunas de unos 20 a 24 presos. A las seis y cincuenta de la mañana abren las puertas y a las siete, el desayuno”, escribió Segarra.
El paso siguiente es que los presos deben formarse para cantar el himno y posteriormente izar bandera. Si tienen suerte, los presos pueden desayunar, pero Segarra explica que la comida es “escasa y repugnante”. Además, señala que han pasado hasta 17 horas sin alimentos, solo agua.
Al momento de dormir las cosas también son complejas, pues solo tienen algunas cobijas para tirar al suelo y recostarse en ellas. Para sobrellevar lo difícil de la situación, Segarra le explica que todos leen la Biblia y rezan durante el día.
Además de explicar la rutina y las condiciones de vida, el convicto también le envió consejos para su juicio. Segarra le pidió a Sancho que desconfiara de las autoridades tailandesas y que trata de conseguir un funcionario de la embajada para que traten de evitar la pena de muerte.
También le sugirió llegar a un acuerdo con la Fiscalía para lograr una pena de menos de 30 años. Segarra cree que Sancho puede ser indultado por el rey, así como le pasó a él, a quien también le permitieron cumplir su pena tras las rejas y no una pena de muerte.