El aumento de las aguas del río Guaibá parece no dar tregua y ahoga la ciudad de Porto Alegre, capital del estado de Rio Grande do Sol, en el sur del país. El panorama es preocupante, pues las lluvias parecen no dar tregua y el nivel del agua sigue en ascenso.
100 personas muertas y muchas más desaparecidas es el saldo que han dejado hasta ahora las crecientes que se viven en todo el estado. Las aguas superan los máximos históricos y las comunidades ribereñas no encontraron forma de contener las crecientes.
El río comenzó sus desbordamientos en la ciudad el pasado viernes, 2 de mayo, sin embargo las lluvias vienen causando estragos en Rio Grande do Sol semanas atrás, donde múltiples cultivos han sufrido graves inundaciones y miles de personas se han visto obligadas a abandonar sus tierras.
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En Porto Alegre agua ha invadido varios barrios, entre ellos Cidade Baixa y Menino Deus, unos de los más concurridos. Las crecientes han obligado a evacuar a centenares de habitantes de esas zonas, así como a varios residentes de los hoteles que se encuentran en el sector.
Según el Servicio Geológico Brasileño, la mitad de las lluvias previstas para todo el año 2024 cayó en este estado en los últimos días. Las pérdidas materiales son incalculables, teniendo en cuenta las inundaciones de los cultivos y la pérdida de ganado.
Porto Alegre se llevó la peor parte
La ciudad de Porto Alegre se encuentra a orillas del río Guaibá, el cual recibe las aguas de tres grandes ríos, Taquari, Jacuí y Caí. Estos tres desembocan muy cerca de la ciudad y juntos forman el Guaibá.
Por su ancha extensión, este río parece tener más comportamiento de lago que de río, además su flujo es bastante lento desde su punto de inicio hasta su fin en la Laguna de Patos.
Por el Guaibá corren usualmente 2.000 metros cúbicos de agua por segundo y ahora, en medio de las fuertes lluvias, se encuentran fluyendo 25.000 metros cúbicos.
El agua supera los dos metros de altura en múltiples sectores de la ciudad, cubriendo kilómetros de vías, establecimientos comerciales y viviendas.
En Porto Alegre, donde viven más de 1.5 millones de personas, se encuentra en este momento sin servicios básicos como electricidad, agua y acueducto, lo que desencadenaría una crisis de salud pública.
El presidente de Brasil, Luis Ignacio Lula da Silva, sobrevoló recientemente el esta de Rio Grande y prometió aumentar la ayuda que han venido recibiendo los damnificados. Por ahora con el fin de mantener a salvo a la población y posteriormente para evaluar las necesidades de una reconstrucción.