Un decreto que entrará en vigencia este jueves y con el que se busca la disminución del aborto en Hungría, causó polémica en las mujeres de ese país ( y de otros del mundo) porque lo consideran un retroceso frente a la interrupción voluntaria del embarazo.
La norma establece que ante de realizarse un aborto, las mujeres que lo soliciten deberán escuchar “las funciones vitales del feto”, lo que fue interpretado como los latidos del corazón.
Acto seguido, dice el documento, todas las mujeres en gestación deberán contar con un informe de un ginecólogo obstetra en el que se registre que el proveedor de salud de la mujer en embarazo informó o indicó el funcionamiento de las funciones vitales fetales de manera clara.
El decreto fue firmado por el ministro del Interior Sandor Pinter, y va de la mano con los pensamientos conservadores y natalistas del primer ministro de ese país, Viktor Orban, quien sostiene que la vida es sagrada desde la concepción.
El partido de extrema derecha Mi Hazank, que propuso la iniciativa, acogió con satisfacción el hecho de que “las madres vayan a escuchar el latido del feto”, aunque el texto no lo diga explícitamente.
“Durante al menos unos segundos, la madre podrá escuchar al feto antes de que se realice el aborto”, dijo la diputada Dora Duro, señalando además que con esta acción, la mujer que busca abortar podría reversar su decisión.
Voces a favor y en contra
Conocido el decreto, los primeros en pronunciarse después del partido proponente fueron los médicos de la Cámara Médica Húngara, quienes dieron un visto bueno a que se escuchen “los latidos del feto”.
La dra. Géza Böszörményi-Nagy , presidenta del Comité Nacional de Ética de la Cámara Médica Húngara, manifestó el apoyo de la institución al decreto que endurece las condiciones para llegar al aborto.
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“La vida comienza en la concepción, según nuestro código de ética . Entonces la vida fetal es vida que nosotros, los médicos, debemos proteger . Por lo tanto, definitivamente estamos a favor del deber del médico de argumentar a favor de mantener el embarazo. Esto ha sucedido a menudo hasta ahora, pero no era obligatorio. El hecho de que se trata de un feto vivo también se puede ver durante el examen de ultrasonido siempre realizado” , dijo a medios locales.
La galena manifestó que los médicos no deben ejercer presión, pero “ debe proporcionar al paciente toda la información que pueda ayudarlo en su decisión”. Entonces la cantidad y calidad de la información que brinda el médico debe ser de tal nivel y calidad”.
Las afirmaciones de la doctora levantaron ampolla en las organizaciones defensoras de los derechos de las mujeres y que apoyan la interrupción voluntaria del embarazo, que ya preparan manifestaciones de rechazo al decreto.
Una de estas ONG es la Asociación de Patentes, que a través de las redes sociales realiza una convocatoria para el próximo 28 de septiembre en rechazo a lo que consideran una norma absurda.
Las voceras de la organización indicaron que si el gobierno húngaro estuviera empeñado en reducir los abortos, “brindaría condiciones de vida dignas y seguras a las mujeres que tienen hijos, haría que la anticoncepción fuera accesible para todos, y en lugar de imposibilitar que los civiles involucrados en educación sexual, brindarían a todos los jóvenes una educación sexual moderna”.
La ONG Amnistía Internacional también rechazó la medida, y su portavoz, Aron Demeter, dijo a AFP que es una decisión tomada “sin ninguna consulta”, lo que hará “más difícil el acceso al aborto y traumatizará aún más a las mujeres que ya se encuentran en situaciones difíciles”.
Opositores al actual gobierno de Hungría pidieron claridad a los funcionarios y expresaron su preocupación, y aseveran que en otros países donde se ha tomado esta medida, se han encaminado a la prohibición total del aborto, lo que los hace creer que Hungría ya dio los primeros pasos en esa dirección sin retorno.