El Gobierno federal mexicano cree que los hijos de Joaquín “El Chapo” Guzmán facilitaron la detención de Ismael “El Mayo” Zambada, uno de los líderes del Cártel de Sinaloa en represalia precisamente por la detención de Guzmán, antiguo líder de esta organización de narcotráfico.
Zambada fue detenido la noche del jueves 25 de julio en El Paso (Texas, Estados Unidos) junto a Joaquín Guzmán, hijo de Joaquín “El Chapo” Guzmán.
Iván Archivaldo, Jesús Alfredo, Ovidio y Joaquín Guzmán, conocidos como “Los Chapitos” habrían entregado así a Zambada a Estados Unidos porque creen que este y su hijo, Vicente Zambada Niebla, alias Vicentillo, fueron los que propiciaron la detención de su padre.
En particular, culparían a “Vicentillo” por declarar contra Guzmán en el juicio desarrollado en un tribunal de Nueva York entre 2018 y 2019, informa el diario mexicano El Universal.
Zambada Niebla declaró como uno de los testigos principales durante el juicio por narcotráfico contra Guzmán Loera, a quien acusó de ordenar el asesinato de integrantes de la familia Carrillo Fuentes, fundadores del Cártel de Juárez.
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“Vicentillo” fue detenido en 2009 en México y luego fue extraditado a Estados Unidos, donde llegó a un acuerdo con las autoridades para colaborar a cambio de beneficios procesales.
Mientras, se ha sabido que tras su detención, Joaquín Guzmán López, hijo de “El Chapo” Guzmán, fue encarcelado en Prisión Correccional Metropolitana de Seguridad Administrativa de Chicago, Estados Unidos, según informó la Oficina Federal de Prisiones.
La ficha de “El Chapito” recoge que tiene 38 años de edad y es localizable en el sistema del Buró Federal de Prisiones con el número de registro 08260-506.
En esa misma prisión está desde septiembre su hermano Ovidio Guzmán López tras ser extraditado por delitos relacionados con el tráfico de fentanilo.
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“El Mayo” Zambada, de 76 años, se enfrenta a múltiples acusaciones federales por cargos de tráfico de toneladas de cocaína, fentanilo, heroína y otras drogas a través de la frontera entre México y Estados Unidos. La semana pasada se declaró no culpable de tráfico de narcotráfico.
Zambada, es uno de los cabecillas históricos del narcotráfico en México que se ganó el rótulo de uno de los “capo de capos” tras evadir a la justicia por más de cuatro décadas.
Pese a sus esfuerzos por mantener un perfil bajo, el escurridizo Zambada, es considerado por Washington como el “líder indiscutible” del Cartel de Sinaloa tras la captura de “El “Chapo” en México en 2016.
El verdadero jefe
Inició su carrera criminal trabajando para el cártel de Juárez en las décadas de 1980 y 1990, y en medio del declive de otras bandas formó su propia organización.
Según el centro de investigación Insight Crime, sobrevivió a un atentando en febrero de 2017, presuntamente ordenado por Dámaso López (el Licenciado), otro líder del cártel de Sinaloa, quien posteriormente fue extraditado. El ataque también estaba dirigido contra dos de los hijos del “Chapo”.
En 2010, el capo concedió una breve entrevista a la revista mexicana Proceso, que lo fotografió con una gorra y bigote espeso. En ese diálogo, se conocieron algunos datos de Zambada, como que mide cerca de 1,80 metros y comenzó a delinquir a los 16 años.
También, que en su carrera criminal sintió que el ejército mexicano había estado cerca de capturarlo en cuatro ocasiones, y que terminar encerrado le generaba “pánico”.
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En la conversación, Zambada declaró igualmente que con su detención o muerte nada cambiaría en el panorama del narcotráfico en México, donde la violencia ha dejado unos 450.000 asesinatos y unos 100.000 desaparecidos desde que en 2006 se declaró una guerra abierta al narco con participación militar.
“Un día decido entregarme al gobierno para que me fusile. Mi caso debe ser ejemplar, un escarmiento para todos. Me fusilan y estalla la euforia. Pero al cabo de los días vamos sabiendo que nada cambió”, presagió.
