Cuando se trata de amenazas nucleares, Rusia tiene bajo la manga un plan que preocupa a Occidente: el sistema “Perimetr”, mejor conocido como “Mano Muerta”, programa nuclear que hoy pone en alerta a EE.UU., la OTAN y sus aliados.
El plan diseñado durante la Guerra Fría, fue hecho para garantizar que, incluso si el liderazgo ruso fuera eliminado, su arsenal nuclear respondería automáticamente con una ofensiva devastadora. Sin embargo, la OTAN y Estados Unidos, también se han preparado para un conflicto de magnitudes globales.
Le puede interesar: Rusia promete una “respuesta apropiada” si Ucrania usa misiles estadounidenses de largo alcance
La Mano Muerta
El “Mano Muerta” no es solo un mito de la Guerra Fría; se trata de una realidad operativa que hace parte del programa nuclear ruso. Este sistema automatizado monitorea constantemente señales de ataque, como explosiones nucleares, pérdida de comunicaciones con el Kremlin o incluso cambios en la dinámica militar.
Si se activan las alarmas, y no hay respuesta humana desde el comando central, el sistema toma las riendas y lanza un contraataque masivo con misiles intercontinentales.
Según expertos, el objetivo es claro, el programa está pensado para disuadir cualquier intento de un “primer golpe” por parte de Estados Unidos o la OTAN, garantizando que, incluso en caso de un gran ataque contra Rusia, la respuesta sea inminente, una amenaza de destrucción mutua asegurada.
¿Cómo respondería la OTAN y Estados Unidos?
La OTAN y Estados Unidos, en lugar de sistemas automatizados como el “Mano Muerta”, operan bajo un esquema de defensa coordinada disperso por todo el territorio que ocupan los países miembros. En caso de una amenaza nuclear, esta Alianza Atlántica está preparada para responder.
La OTAN, bajo el liderazgo estadounidense, mantiene un proceso de toma de decisiones, a diferencia de Rusia, decisiones humanas, reduciendo el riesgo de acciones automáticas o mal calculadas.
En lugar de un sistema automatizado, Estados Unidos mantiene una “tríada nuclear”, que consiste en bombarderos estratégicos, submarinos nucleares y misiles intercontinentales lanzados desde tierra, que permite una ofensiva inmediata pero cuidadosamente dirigida. Además, la OTAN refuerza esta operación con armamento en Europa.
Lea aquí: Rusia acusa a EE. UU. de hacer todo lo posible para “prolongar la guerra” en Ucrania
Una diferencia clave con Rusia es el enfoque en sistemas defensivos. Estados Unidos y sus aliados han desarrollado redes avanzadas de defensa antimisiles, como el sistema Aegis en Europa, diseñado para interceptar misiles enemigos antes de que lleguen a su objetivo, similar a la cúpula de hierro de Israel.
Mientras el “Mano Muerta” es una estrategia nacionalista de Rusia, la OTAN basa su fuerza en la cooperación. Un ataque a uno de sus miembros activa automáticamente el Artículo 5 del Tratado del Atlántico Norte, lo que significa que todos los aliados, incluidos gigantes como Reino Unido, Francia y Alemania, responderían en conjunto.
¿Qué puede ocurrir ahora?
Si Rusia activara su plan “Mano Muerta”, el mundo evidenciaría un bombardeo masivo en muchas de las principales ciudades. Pero la OTAN tiene una estrategia más calculada, con el objetivo de evitar la escalada inmediata.
Sin embargo, la respuesta occidental no sería menos devastadora, pues una ofensiva conjunta liderada por Estados Unidos y los 31 miembros de la OTAN, podría paralizar rápidamente a cualquier adversario.
La diferencia clave radica en la filosofía de ambos frentes, Rusia basa sus estrategias en sistemas que eliminan la injerencia de la ética humana en escenarios de crisis, mientras que la OTAN prioriza las decisiones tomadas en tiempo real, basadas en análisis que evalúan el impacto.
El contraste entre el “Mano Muerta” y la ofensiva de cooperación de la OTAN solo deja en evidencia el riesgo de una potencial guerra. Mientras Rusia amenaza con un botón que podría llevar al mundo al colapso, la OTAN recuerda que tiene un armamento distribuido por gran parte del mundo.
Siga leyendo: Tensión máxima entre Ucrania y Rusia por armas de Estados Unidos: el Kremlin afirma que están “echando leña al fuego”
