La última vez que un camión intentó cruzar la frontera entre Colombia y Venezuela terminó en llamas. Era 23 de febrero de 2019. Colgado de una tractomula, el entonces vitoreado Juan Guaidó se dirigía rumbo a su país con la promesa a cuestas de 14 toneladas de ayuda humanitaria. En medio del puente internacional Simón Bolivar, que une a Cúcuta con Táchira, columnas de humo negro alcanzaron el cielo. Cerrada al paso de vehículos desde 2015, el intento de Guaidó provocó un bloqueo más radical: una serie de contenedores pintados con la bandera bolivariana impidieron cualquier atisbo de normalidad. Hasta este lunes.
De forma sorpresiva, Nicolás Maduro ordenó el desmonte de los bloqueos. Escuadrillas de obreros limpiaron rápidamente la vía, dejándola limpia y dispuesta. “A partir del día de mañana (5 de octubre de 2021) damos apertura comercial a la frontera con Colombia”, oficializó Delcy Rodríguez, vicepresidenta venezolana. Todo en su discurso revelaba la motivación de la decisión: si hubo un día en que la frontera se cerró por política, hoy parece encaminada abrirse por razones económicas.
“Históricamente el intercambio comercial entre Colombia y Venezuela ha superado incluso los 7.000 millones de dólares”, dijo en un guiño a un pasado remoto. Hace 14 años Fenalco reportó un vínculo económico de USD7.290 millones entre ambos países. Hugo Chávez estaba vivo y Venezuela era el segundo socio comercial de Colombia. En 2020 esa cifra superó apenas los USD130 millones. La reapertura, dijo Rodríguez, “es un mensaje directo a las fuerzas productivas de ambos países y a los actores comerciales”.
Un mensaje tan claro como el que envió la economía venezolana a inicios de septiembre pasado. La Encuesta Nacional de Condiciones de Vida reveló que el 94,5% de la población venezolana es pobre y el 76,6% está en la pobreza extrema, es decir, es incapaz de cubrir sus necesidades básicas de alimentación.
En Colombia también se escucharon voces. A inicios de abril de 2021 el alcalde de Cúcuta, Jairo Yáñez, solicitó por esas mismas razones la apertura de la frontera. “Si queremos que la región recupere su vocación comercial, se reactive la economía y los índices de desempleo bajen, requerimos necesariamente que la frontera se reabra”, dijo entonces. A pesar de los pasos dados, es probable que la reapertura plena se demore.
Sin “chambonadas”
La respuesta del lado colombiano no demoró, entre otras cosas porque el presidente Iván Duque se encontraba en Cúcuta. En el marco de una conmemoración por el bicentenario de la Constitución de Cúcuta, la carta que creó a la Gran Colombia, el país conformado por las hoy Venezuela, Colombia, Ecuador y Panamá, Duque señaló que está dispuesto “a empezar un proceso ordenado” para garantizar el paso, pero advirtió que este no se va a producir súbitamente.
“Voy a ser muy claro, esto no va a ser con ‘chambonadas’”, agregó el presidente. Las autoridades colombianas recordaron de hecho que el gobierno abrió la frontera desde el pasado junio, cuando a través de la resolución 0746 de 2021 expedida por el Ministerio del Interior, aprobó la reapertura gradual de los pasos terrestres y fluviales de la frontera. “Con el retiro de estos contenedores se abre una puerta para el reabastecimiento de miles de familias venezolanas y por supuesto, para la reactivación económica responsable de la región y del país”, señala Migración en un comunicado. Paralelo a la determinación del régimen de Maduro, los medios locales fueron reportado el cierre de las trochas de paso irregular.
En ambos lados de la frontera señalaron la necesidad de que cualquier paso se de apegado a las normas de bioseguiridad. El paso de personas continuará bajo el actual sistema de pico y cédula que opera desde junio y que establece que los viajeros cuya cédula termina en par pueden ingresar en días pares; y cuya cédula termine en impar pueden ingresar en días impares.
La reactivación del paso de camiones y del comercio tendrá que esperar unos días más, hasta que las autoridades tengan certeza de la estabilidad del puente, cerrado durante largo tiempo. Aún así, y tras seis años de bloqueo, Colombia y Venezuela no han estado tan cerca del inicio de la normalidad como lo están hoy.
2015
fue el año en que la frontera fue cerrada al paso de vehículos por orden de Caracas.