España asiste a una nueva coyuntura política en su historia y el gobierno de Mariano Rajoy a uno de sus peores capítulos tras casi siete años en el poder. Las condenas contra varios exfuncionarios del oficialista Partido Popular (PP), por dos graves tramas de corrupción (ver radiografía), generaron el escenario para que el Partido Socialista Obrero Español (Psoe), propusiera, a través de su líder, Pedro Sánchez, debatir el jueves la posibilidad de una moción de censura contra el mandatario y llevarla a votación el viernes.
La moción de censura es el instrumento que puede utilizar la oposición parlamentaria —encarnada fundamentalmente por el Psoe y el izquierdista Podemos, de Pablo Iglesias— para exigir la responsabilidad política última y total del gobierno. De prosperar este mecanismo, hay dos escenarios posibles, que el Legislativo llame a elecciones o que postule de inmediato a alguno de los líderes de los partidos para reemplazar a Rajoy.
Ciudadanos, bancada joven y liberal liderada por Albert Rivera, ubicada en la centroderecha y hasta ahora parte de una tímida coalición de gobierno con el PP, pasó oficialmente a la oposición, al romper ayer con el pacto de investidura que le permitió gobernar a Rajoy desde agosto de 2016. “La legislatura está agotada. No daremos más apoyo al PP”, dijo Rivera en rueda de prensa.
No obstante, anunció que su postura difiere de quienes llamaron a debatir la moción de censura, los socialistas, en el sentido en el que Ciudadanos quiere convocar a elecciones anticipadas, mientras que el Psoe espera nombrar el reemplazo desde el Congreso.
“Con que Rajoy anuncie elecciones, Sánchez retira la moción. Nadie entendería que la mantuviera”, agregó Rivera, de este modo se margina del necesario apoyo para lograr la moción, pero cierra las puertas al alicaído Rajoy.