La situación en la región se tornó aún más crítica cuando Irán disparó alrededor de 180 misiles contra Israel, en lo que consideran una venganza por la muerte de altos líderes de Hezbolá y Hamás.
En respuesta, Biden se reunió con su equipo de Seguridad Nacional, y anunció que mantendrá un contacto constante con funcionarios israelíes, aunque aún no ha hablado directamente con el primer ministro Benjamin Netanyahu.
“Mi mensaje para Netanyahu dependerá de lo que finalmente concluyamos que es necesario”, afirmó el presidente, dejando en el aire la posibilidad de una respuesta más contundente.
El ataque iraní fue calificado como “fallido” por Estados Unidos, que aseguró que no hubo muertos ni daños significativos en Israel. Sin embargo, el portavoz del ejército israelí, Daniel Hagari, advirtió que el ataque tendrá “consecuencias”, afirmando que Israel tiene planes listos para actuar en el momento que decidan.
La inestabilidad en la región no solo preocupa a los gobiernos involucrados, sino que también generó gran preocupación del Consejo de Seguridad de la ONU, que se reunirá de emergencia este miércoles para discutir la situación. La escalada de violencia ha resaltado el ciclo interminable de represalias entre Israel e Irán, un conflicto que parece estar lejos de resolverse.
Los Guardianes de la Revolución de Irán, responsables del ataque, lo justificaron como una respuesta a la muerte de sus líderes. Además, lanzaron amenazas de “ataques demoledores” si Israel decidiera responder a su ofensiva. Este ciclo de agresión y retaliación ha creado un clima de incertidumbre, donde la paz parece ser un sueño lejano.
Por su parte, el secretario de Estado de EE. UU., Antony Blinken, condenó el ataque iraní, calificándolo de “totalmente inaceptable” e instando a la comunidad internacional a tomar una postura firme.
El mundo observa con preocupación cómo se desarrolla este conflicto, en donde hasta ahora los líderes de Irán no se han manifestado públicamente. En este contexto, cada decisión puede tener repercusiones significativas no solo en la región, sino en el escenario global. La próxima respuesta de Estados Unidos e Israel podría marcar un punto de inflexión en esta crisis prolongada.
