La hospitalización del Papa Francisco por una infección respiratoria, como informó El Vaticano, lo alejó de sus quehaceres como máximo jerarca de la Iglesia Católica, y de paso, reavivó un viejo fantasma que ronda desde hace ya varios días en Roma: la renuncia al pontificado.
El Sumo Pontífice “tuvo que someterse a controles médicos en la jornada debido a que en los últimos días se quejaba de dificultades respiratorias”, explicó Matteo Bruni, director de la oficina de comunicaciones de la Santa Sede.
En palabras de Bruni, con los controles médicos quedó en evidencia “una infección respiratoria (excluido el covid 19), la cual va a requerir varios días de un adecuado tratamiento médico hospitalario”.
Fue esta la razón por la que las audiencias de los próximos días fueron canceladas y por ahora queda en puntos suspensivos si el Papa Francisco dará inicio a la celebración de la Semana Santa que inicia este domingo con la procesión del Domingo de Ramos, y de las otras celebraciones que suele encabezar durante la llamada Semana Mayor.
Fuentes del centro médico romano señalaron a AFP que Francisco llegó en ambulancia tras presentar alteraciones cardíacas y respiratorias. Con este diagnóstico, los médicos que lo atendieron decidieron realizar una tomografía computarizada para descarta mayores complicaciones.
Conocido el estado de salud del papa, los católicos alrededor del mundo se reunieron en cadenas de oración para rezar por la pronta recuperación del Sumo Pontífice.
“El papa Francisco está conmovido por los numerosos mensajes recibidos y expresa su agradecimiento por la cercanía y la oración”, subrayó el Vaticano.
Otras afectaciones
Los problemas de salud que aquejan al Papa Francisco, incluso dos años después de asumir como líder de la Iglesia Católica, lo han llevado a escribir dos veces su carta de dimisión, como él mismo lo expresó el pasado mes de febrero.
“Es verdad que escribí mi dimisión dos meses después de las elecciones y entregué esa carta al cardenal Bertone. Lo hice por si tengo algún problema de salud que me impida ejercer mi ministerio”, dijo Francisco, aunque aclaró que aún no había pensado en renunciar a su cargo.
El Papa estuvo internado en julio de 2021 por una operación del colón, y desde mayo de 2022 se moviliza en silla de ruedas por un problema que lo aqueja en su rodilla derecha, el mismo que lo llevó a cancelar en una ocasión su gira mundial
