La Asamblea General de la ONU comenzó este martes en Nueva York con el temor latente de que el conflicto entre Israel y el Líbano escale a una guerra regional.
La crisis en Oriente Medio será uno de los temas principales en esta cita diplomática, que también aborda otros conflictos globales como Ucrania y Sudán. La atención se ha desplazado, una vez más, hacia la Franja de Gaza y la frontera libanesa, donde los enfrentamientos entre Israel y Hezbolá han causado la muerte de cientos de personas.
Este es el último año del presidente estadounidense, Joe Biden, al frente de las reuniones de la ONU, y emitió un discurso clave sobre los crecientes conflictos en Oriente Medio.
“Una guerra a gran escala no beneficia a nadie, aunque la situación se ha agravado, todavía es posible una solución diplomática (...) De hecho, sigue siendo el único camino hacia una seguridad duradera que permita a los habitantes de ambos países regresar a sus hogares en la frontera de forma segura”, dijo el mandatario en su intervención.
Biden instó en la necesidad de una “desescalada”, un término que ha utilizado repetidamente en los últimos meses para referirse a la guerra entre Israel y Hamás, “He propuesto a Catar y Egipto un alto el fuego y un acuerdo sobre los rehenes. Ha sido respaldado por el Consejo de Seguridad de la ONU. Ahora es el momento de que las partes ultimen sus términos”, declaró.
La situación se ha agravado en los últimos días. El lunes, Israel llevó a cabo intensos bombardeos en el sur de Líbano y el valle de Becá, bastiones del grupo Hezbolá, lo que resultó en cerca de 500 muertes, incluidos 50 niños y 94 mujeres.
Estos ataques son los más letales en el último año de enfrentamientos intermitentes entre el ejército israelí y Hezbolá, lo que ha avivado los temores de una expansión del conflicto en la región.
António Guterres, secretario general de la ONU, expresó su “grave alarma” ante esta escalada, mientras que Josep Borrell, jefe de la diplomacia de la Unión Europea, advirtió que el mundo se encuentra “al borde de una guerra total.”
“La paz está siendo atacada por todas partes”, afirmó Guterres, quien hizo un llamado a poner fin al “cortejo de miserias humanas” que ha surgido de estos conflictos.
Francia ha solicitado una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad de la ONU para discutir la crisis en Líbano. Estados Unidos, por su parte, ha expresado su oposición a una invasión terrestre por parte de Israel en el Líbano, una acción que podría desatar una guerra de mayores proporciones en la región.
En medio de esta tensión global, la presencia de figuras clave como el presidente iraní, Massoud Pezeshkian, añade una nueva capa de complejidad. Irán, que apoya a Hezbolá y Hamás, ha acusado a Israel de querer expandir el conflicto en la región. Esto genera preocupación sobre una posible intervención iraní en caso de que los enfrentamientos se intensifiquen. A su vez, diplomáticos occidentales y árabes intentarán persuadir a Irán para que no agrave la situación.
Mientras tanto, el conflicto en Ucrania sigue siendo una prioridad para los diplomáticos de la ONU. El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, participará en las reuniones del Consejo de Seguridad este martes, donde se discutirá el curso de la guerra que ha devastado a su país. Aunque los esfuerzos diplomáticos en torno a Ucrania han sido intensos, persisten las divisiones en la comunidad internacional sobre cómo abordar el conflicto.
A medida que los jefes de Estado y Gobierno desfilen por la tribuna de la ONU, se espera que las conversaciones sobre los conflictos en Oriente Medio y Ucrania dominen gran parte de las discusiones.
Sin embargo, también habrá espacio para abordar otras crisis globales, como la desinformación, tema que será debatido por el presidente español, Pedro Sánchez, y el brasileño Luiz Inácio Lula da Silva.
En este escenario, la esperanza de una solución pacífica parece lejana. Los ataques continuos en Líbano y Gaza, junto con las tensiones en Sudán y Ucrania, reflejan una creciente fragmentación de los esfuerzos diplomáticos. Mientras la Asamblea General de la ONU avanza, la presión recae sobre los líderes mundiales para encontrar un camino hacia la paz antes de que los conflictos se desborden.
