En medio de las crecientes tensiones en Medio Oriente, varios países han emitido advertencias a sus ciudadanos y diplomáticos para que abandonen el Líbano lo antes posible.
Países como Estados Unidos, Inglaterra, Francia, España y Brasil han manifestado su preocupación por la situación de seguridad en la región, ante el temor de que las tensiones actuales puedan resultar en un conflicto más complejo y peligroso.
El Ministerio de Exteriores de España ha emitido un comunicado oficial llamando a los españoles a abandonar el Líbano. “Ante las anulaciones de los vuelos, se recomienda a los españoles que se encuentren en el Líbano, especialmente si su estancia es temporal, que salgan del país utilizando los medios comerciales existentes”, señala la declaración.
La embajada de Estados Unidos en Beirut también publicó un mensaje similar, pidiendo a sus ciudadanos a tomar cualquier vuelo disponible para salir del país. “Instamos a aquellos que quieran abandonar el Líbano que compren cualquier billete disponible, incluso si el vuelo no sale inmediatamente o no sigue su ruta de preferencia”, se indica en el comunicado. El mensaje subraya la urgencia de la situación y el compromiso de Estados Unidos de garantizar la seguridad de sus ciudadanos en el extranjero.
El Reino Unido por su parte, fue más contundente en su advertencia, con el ministro de relaciones exteriores, instando a sus ciudadanos a “marcharse inmediatamente” del Líbano.
Mientras que en un movimiento más drástico, Suecia ha decidido cerrar su embajada en Beirut, debido a la gravedad de la situación.
Las cancelaciones de vuelos hacia y desde Líbano han caldeado el clima de incertidumbre y la preocupación por lo que pueda ocurrir. Más de veinte aerolíneas como Delta, KLM, Air France y Air Europa, han suspendido sus operaciones en los últimos días debido al peligro que puede representar llegar a a la región.
En respuesta al creciente conflicto, Estados Unidos ha intensificado su presencia militar en toda la región. El presidente estadounidense, Joe Biden, convocó a su equipo de seguridad nacional para una reunión de emergencia este lunes, con el objetivo de evaluar la situación y considerar medidas más concretas.
“El Pentágono está movilizando medios significativos hacia la región, para prepararse para lo que podría ser nuevamente la necesidad de defender a Israel de un ataque por parte de Irán y Hezbolá, mientras simultáneamente trabajamos muy duro desde la diplomacia para desescalar esta situación”, afirmó Jon Finer.
Finer destacó que la administración Biden considera que una guerra regional no es de interés para ninguna de las partes involucradas y está enfocada en la diplomacia como la vía preferida para resolver las tensiones actuales.
Sin embargo, Estados Unidos ya ha reforzado su presencia militar en la región con el despliegue de más barcos de guerra y aviones de combate, en un esfuerzo por proteger tanto a sus tropas como a su aliado Israel de las amenazas iraníes y de grupos respaldados por Teherán.
Todas estas medidas se enmarcan en la preocupación por una posible escalada tras el asesinato del líder de Hamás, Ismail Haniyeh, en Teherán, seguido de la muerte de Fuad Shukr, jefe militar de Hezbolá, en Beirut.
El asesinato de estos líderes, sumado a los constantes enfrentamientos entre el norte de Israel y el sur de Líbano, han incrementado las tensiones y generan temores de una represalia violenta que podría aumentar la crisis en la región.
