En un duro informe presentado este martes ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, Volker Türk, jefe de derechos humanos del organismo, denunció las atroces condiciones que enfrentan los prisioneros de guerra ucranianos bajo custodia rusa. Las declaraciones de Türk, basadas en 600 entrevistas, retratan un cuadro escalofriante de abuso y crueldad sistemática.
Prisioneros ucranianos que han sido liberados incluyen una lista de horrores: palizas brutales, electroshocks, ataques con perros y periodos prolongados de ayuno. Estas prácticas de tortura, indicó Türk, están ampliamente extendidas en los centros de detención en territorio ruso.
“Exijo a la Federación Rusa que detenga inmediatamente estas prácticas, que mejore las condiciones de detención, establezca comisiones médicas, y brinde acceso completo a mi oficina, a investigadores independientes en todos los lugares donde hay detenidos prisioneros de guerra y civiles ucranianos”, señaló con firmeza Türk.
Le puede interesar: “Si hubiera sido un ataque ruso, no habría quedado nada”: Rusia responde a ONU por bombardeos en Ucrania, calificados de “crimen de guerra”
El Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos también denunció la deportación forzosa de niños ucranianos a territorio ruso. Türk hizo un llamado urgente a Rusia para que cese estas deportaciones y proporcione información sobre el número e identidad de los niños deportados. Esta práctica, subrayó, constituye una violación grave de la ley humanitaria internacional.
En las zonas aún ocupadas por Rusia en el este y sur de Ucrania, la oficina de Türk ha denunciado un aumento de la presión sobre los residentes para que adquieran pasaportes rusos. Pues aquellos que se niegan enfrentan la amenaza de ser privados de acceso a servicios esenciales como sanidad y educación. “Obligar a residentes de un territorio ocupado a obtener la ciudadanía de la potencia ocupante es una violación de la ley humanitaria internacional”, advirtió Türk.