El chef español Daniel Sancho, confeso asesino del médico colombiano Edwin Arrieta en una isla de Tailandia en 2023, será juzgado por un nuevo delito. Aunque desde agosto del año pasado está en detención preventiva por haberle quitado la vida al galeón criollo en territorio asiático, ahora tendrá que responder ante la justicia española.
De acuerdo con información que le dieron a conocer fuentes judiciales españolas a la Agencia EFE, el cocinero, que es hijo de los reconocidos actores españoles Rodolfo Sancho y Silvia Bronchalo, será juzgado el próximo 5 de junio.
¿El motivo? La Fiscalía española lo acusa del delito de lesiones personales, luego de que encontrara pruebas que demuestran que golpeó a un hombre durante una noche de 2019 en Madrid.
De acuerdo con la versión que ha dado a conocer el ente investigador, los hechos por los que es señalado Sancho ocurrieron cuando el joven entró a un taxi en una calle de la capital española sin respetar la cola, por lo que varias personas, entre los que había un hombre, le reprocharon.
Daniel no supo sortear la situación y, antes de subirse al vehículo de transporte público para que lo llevara a su destino, le metió un puño al sujeto. Ese golpe le rompió un diente y le dejó varias contusiones en el rostro.
Por este caso, la Fiscalía española no solo pide un año de cárcel para Daniel Sancho, sino que lucha para que le pague una indemnización de 2.100 euros para la víctima del golpe.
La audiencia, a la que se espera que Sancho asista por videoconferencia desde el tribunal de la isla de Koh Samui, donde está preso, había sido reporgramada desde hace varios meses porque la Fiscalía tailandesa dijo en su momento que el presunto asesino no podía asistir a la misma para la fecha que fue pactada inicialmente.
Daniel Sancho está a la espera de que la justicia tailandesa de un fallo con respecto al caso del asesinato del médico criollo en un juicio que inició el pasado mes de abril. El español, que es señalado de, no solo de asesinar al galeón, sino de haber descuartizado su cuerpo, meterlo en bolsas, tirarlo en partes al mar, podría enfrentar la pena de muerte, que está aprobada dentro de las normas judiciales del país asiático.