Hay más muertes en el mundo a causa de los homicidios que del conflicto armado o el terrorismo. Esa es la conclusión que deja el Estudio Mundial sobre Homicidios que publicó ayer la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito.
El reporte, con corte a 2017, indica que para ese año hubo 464.000 homicidios, de los que 173.000 fueron en las Américas, lo que hace al continente el más violento por encima de África, que registra 163.000 (ver gráfico).
En la región, países como Brasil, El Salvador y Venezuela llevan la delantera en los índices de violencia.
Para dimensionar la magnitud de esta problemática, se puede observar que en ese mismo año 89.000 personas en el mundo fallecieron a causa de las confrontaciones internas y 26.000 por terrorismo, lo que muestra que los asesinatos que no están relacionados con estos contextos se hicieron más comunes.
“La violencia urbana cada vez es más fuerte y se ha sofisticado más la criminalidad nacional e internacional. Esto va jalonado de todos los tipos de tráficos”, detalla el experto en seguridad y profesor de la Universidad del Rosario, Juan Carlos Ruiz.
La violenta América
Justamente, la existencia del crimen organizado y de las bandas son el detonante para que la región tenga más homicidios que otras, según indicó a EFE Angela Me, una de las coordinadoras de este reporte.
Cada país tiene sus características. Brasil vive problemas con el crimen organizado y el narcotráfico; El Salvador, con las pandillas; y en Venezuela se conjugan los grupos denominados como “colectivos”, con asuntos de inseguridad y represión.
La alerta que generó el informe de la ONU para el caso de Brasil ya se había dado en el país. La semana pasada el Atlas de Violencia reportó que en 2017 hubo más de 65.000 homicidios, cifra que llevó a que el país superara su propio récord de muertes violentas.
“Brasil ha enfrentado dinámicas complejas y persistentes relacionadas con la lucha contra las drogas que, si no pueden resolver la violencia, producen aún más muertes”, afirma el coordinador de investigación del Observatorio de Seguridad de Río de Janeiro, Pablo Nunes.
Apunta, además, que en ciudades como Río se están reafirmando estrategias policiales que históricamente han sido ineficaces.
Colombia, en el puesto 5
En América el país ocupa el quinto lugar, detrás de las naciones ya mencionadas y EE. UU. y teniendo como referencia el número de homicidios por cada 100.000 habitantes.
Según el reporte, hay una disminución “dramática” en la tasa de asesinatos, desde más de 80 por cada 100.00 0 habitantes para 1991, hasta llegar a 25 en 2017. Esto “se ha atribuido parcialmente a la intensificación de la acción estatal contra el narcotráfico”, se lee en el documento.
Antioquia, Caquetá, Cauca o Valle del Cauca son departamentos que alcanzan puntos rojos por el índice de muertos.
Ruiz, el profesor de la Universidad del Rosario, apunta que la posición de América en los índices de homicidios en el ámbito mundial puede tener relación con que no hay un banco estadístico claro de regiones de África donde, se presume, también hay altos índices de homicidios.
Con este panorama, “hay una crisis profunda del aparato de seguridad y un proceso de deterioro institucional fuerte que no permite tener la capacidad de contener la consolidación del crimen organizad”, de acuerdo con el profesor de la Universidad Externado, Jairo Libreros.
Y en ese panorama, la mujer tiene un lugar: si bien hay menos casos donde son víctimas o victimarias, en el 58 % de los sucesos fueron asesinadas por miembros de su familia o su pareja, por lo que el reporte afirma que “siguen soportando la mayor carga de victimización en el contexto de violencia de pareja”.