En medio de los eventos para recordar a las víctimas que hay en Medio Oriente desde el 7 de octubre de 2023, con manifestaciones que exigían el retorno de los rehenes aún en Gaza, la región también sigue lidiando con una guerra en varios frentes, lo que ha dejado al mundo temiendo una devastación total en la región.
Este lunes, Israel conmemoró el primer aniversario del ataque devastador que el movimiento islamista Hamás lanzó contra el sur del país, evento que marcó el inicio de una de las escaladas de violencia más mortíferas en Medio Oriente.
La mañana de aquel fatídico día, más de 1.000 miembros de Hamás cruzaron la frontera israelí, sembrando el caos en comunidades cercanas a Gaza, donde mataron a 1.200 personas y secuestraron a más de 240, muchos de los cuales siguen en manos del grupo islamista.
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El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, participó en una ceremonia en Jerusalén, donde prometió traer de vuelta a todos los rehenes aún cautivos en Gaza. “Recordamos a nuestros muertos, a nuestros rehenes y a los héroes que defendieron la patria”, afirmó el mandatario.
Mientras tanto, en Gaza, la situación es desoladora. La Franja ha sido reducida a escombros por los bombardeos israelíes que continúan como parte de la ofensiva contra Hamás.
Según Philippe Lazzarini, director de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (UNRWA), Gaza se ha convertido en un “cementerio para decenas de miles de personas”. La guerra, que comenzó en respuesta al ataque de Hamás, ha dejado más de 40.000 muertos, en su mayoría civiles, y ha desatado una crisis humanitaria sin precedentes en la región.
El brazo armado de Hamás, las brigadas Ezedin al Qassam, afirmó en un video transmitido por la cadena qatarí Al Jazeera que seguirán librando una “larga batalla de desgaste” contra Israel. Su portavoz, Abu Obeida, aseguró que el objetivo es infligir el mayor daño posible al ejército israelí, en un enfrentamiento que, según ellos, será prolongado y doloroso.
Por su parte, el movimiento islamista Hezbolá, aliado de Hamás, continúa sus ataques desde el sur de Líbano contra posiciones israelíes, un frente que abrió poco después del ataque de Hamás en solidaridad con los palestinos. Hezbolá ha pagado un alto precio en este conflicto, con la pérdida de líderes importantes y un número significativo de combatientes.
Sin embargo, la organización chiita libanesa sigue firme en su postura, prometiendo combatir lo que califican de “agresión israelí” y señalando a Israel como un “cáncer” que debe ser eliminado.
El alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, advirtió este lunes que la región está “al borde de una conflagración total”. Según Borrell, la situación ha empeorado en el último año, atrapando a la población en un ciclo de violencia, odio y venganza que parece no tener fin.
La jornada conmemorativa no estuvo exenta de más violencia. El ejército israelí lanzó nuevos bombardeos en Gaza, incluyendo ataques a un hospital y una mezquita en Deir al-Balah, que dejaron al menos 26 muertos.
El hospital Al Aqsa fue atacado después de que Israel afirmara que era utilizado por Hamás como centro de comando. La violencia en Gaza se ha intensificado, dejando un rastro de destrucción y afectando gravemente a los civiles que ya vivían en condiciones precarias.
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Este conflicto, que se convirtió en una guerra en varios frentes, pone a Israel en un estado de constante alerta. A la lucha en Gaza se suman los enfrentamientos en la frontera con Líbano, donde Hezbolá ha intensificado sus ataques. Aunque Israel continúa defendiendo sus acciones como medidas de autodefensa frente a los ataques de Hamás y Hezbolá, la situación ha desatado una crisis humanitaria de grandes proporciones en la región, dejando a miles de personas sin hogar y a millones viviendo bajo la amenaza constante de la guerra.
Un año después del ataque de Hamás, el panorama en el Medio Oriente es sombrío. A pesar de los esfuerzos internacionales por mediar una tregua y detener la violencia, la guerra continúa escalando.
El conflicto entre Israel y Palestina, que ha estado en el corazón de la inestabilidad en la región durante décadas, ha alcanzado un punto crítico, y las perspectivas de paz parecen más lejanas que nunca.
La noticia para este aniversario es que el sufrimiento de ambos lados parece no tener fin. Las familias israelíes aún lloran a sus muertos y exigen el retorno de sus seres queridos, mientras los palestinos en Gaza enfrentan una devastación casi total, con sus vidas destrozadas por el conflicto.
La conmemoración de este lunes es un recordatorio doloroso de que, a pesar de los esfuerzos por buscar una solución pacífica, el Medio Oriente sigue atrapado en una espiral de violencia que, al involucrar recientemente a Irán, amenaza con desbordarse a toda la región.