La vicepresidente de argentina, Cristina Fernández de Kirchner, recibió este martes una condena de seis años en prisión y una inhabilidad perpetua para ocupar cargos públicos en su país por corrupción. La decisión fue tomada por el Tribunal Oral Federal (TOF) 2 en el proceso que se le seguía por otorgar contratos de obras públicas –durante su período presidencial entre 2007 y 2015– de manera fraudulenta.
“Se la considera autora penalmente responsable del delito de administración fraudulenta en perjuicio de la administración pública”, leyó el juez durante el veredicto.
Esta es la primera vez en la historia de Argentina que la justicia condena a una vicepresidente en ejercicio y, en todo caso, la condena solo quedará en firme cuando la Corte Suprema evalúe todos los recursos de apelación que la política de 69 años podrá presentar. Por tanto, la mandataria de izquierda seguirá en libertad.
La funcionaria fue vinculada de manera formal al proceso en 2019 y la Fiscalía la señala de participar en el desvío de al menos 1.000 millones de dólares de recursos públicos. Desde entonces el kirchnerismo ha insistido en que se trata de una persecución política.
Para saber más: A “vice” argentina la querían matar por caso de corrupción
En estos momentos Argentina cuenta con una presidenta (delegada) condenada por corrupción, pues Cristina asumió el poder como reemplazo natural de Alberto Fernández que se encuentra de gira por Uruguay en la cumbre del Mercosur.
“Hace más de tres años la condena estaba escrita. No es que fuéramos clarividentes o adivinos, era algo mucho más sencillo: todo indica que su idea era condenarme como hoy lo han hecho. A lo largo del juicio habíamos probado que ninguna de las acusaciones de la Fiscalía eran cierta. Esta es una mafia judicial”, puntualizó Fernández una vez conoció la sentencia en su contra.