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Biden vs. Trump: la hora cero por la Casa Blanca

Los estadounidenses eligen a su nuevo presidente. Los resultados podrían no llegar esta noche.

  • Tras una larga campaña electoral llena de ataques entre los contricantes -Joe Biden y el presidente Donald Trump-, aún no hay ninguno con más posibilidades de ganar. Tanto el demócrata como el republicano apuntan a conseguir la mayoría de votos en estados como Florida, Georgia, Michigan, Ohio y Pennsylvania, claves para una victoria segura. FOTOS GETTY
    Tras una larga campaña electoral llena de ataques entre los contricantes -Joe Biden y el presidente Donald Trump-, aún no hay ninguno con más posibilidades de ganar. Tanto el demócrata como el republicano apuntan a conseguir la mayoría de votos en estados como Florida, Georgia, Michigan, Ohio y Pennsylvania, claves para una victoria segura. FOTOS GETTY
03 de noviembre de 2020
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Hoy Estados Unidos elige presidente entre un demócrata con 47 años en la política y un republicano con 46 meses en la Casa Blanca. Él, el mandatario Donald Trump, aspira conseguir la reelección para quedarse cuatro años más en el poder, un periodo que en sus trinos bromea podría ser “para siempre”. Su contrincante, el exvicepresidente Joe Biden, hace cuentas para regresar al Despacho Oval, esta vez como uno de los presidentes de mayor edad que podría pisar esa oficina en Washington.

El cierre de las urnas será entre las 6 de la tarde y las 8 de la noche, según el Estado que se mire, pero ese momento será solo el comienzo de un largo conteo de tarjetones que podría extenderse por toda la semana para tener las cuentas claras de quién gana estas presidenciales. Antes de esta jornada, 97 millones de personas sufragaron de manera anticipada por correo postal, electrónico o de manera presencial, y sus balotas solo se abrirán hasta esta noche.

El presidente-candidato de 74 años promete seguir haciendo a “América grande otra vez” con su fórmula Mike Pence, un republicano tradicional que es su ancla al partido. A Biden, de 77 años, lo acompaña Kamala Harris, quien podría convertirse en la primera vicepresidenta de la historia del país. Harris tiene descendencia migrante y afroamericana, y es su apuesta para movilizar a esas poblaciones a las que la administración Trump les dio la espalda.

Todo puede suceder. El promedio de encuestas de Real Clear Politics apunta a que el demócrata tendría el 51,3 % de los sufragios, mientras el republicano se quedaría con el 43,6 %. Pero lo que realmente suma son los votos electorales, el peso que tiene cada localidad en el Colegio Electoral. La clave para entenderlo es sencilla: si un candidato gana un Estado, este queda con todos los votos que representa.

Hay 538 votos electorales en disputa y en esas previsiones Biden tendría 232 asegurados; Trump, 125. Los restantes están dividos. El número mágico para el conteo es 270: el candidato que alcance esa cantidad de votos electorales será el ganador. Si hay un empate, es decir, si ambos alcanzan solo 269, sería la Cámara de Representantes la encargada de definir al mandatario, un escenario que no sucede desde 1824.

Anthony Mann, analista político estadounidense, vaticina que esta elección será diferente a las otras jornadas, pues probablemente no nos enteremos pronto del resultado de todos los Estados. Lo que suceda en los que procesen rápidamente los sufragios generará ruido y tensión para el conteo final. Podrían pasar días o incluso semanas antes de que conozcamos el desenlace”, dice.

La clave está en quién se quede con los votos electorales de los Estados en disputa. Estos son Florida (28), Pennsylvania (20), Ohio (18) Georgia (16), Michigan (16) y Carolina del Norte (15), entre otros. En 2016, Florida y Pennsylvania fueron determinantes para el triunfo de Trump. Estos también le dieron la victoria a Barack Obama en 2012 y 2008. Por eso Jon McHenry, vicepresidente de North Star Opinion Research, considera que “el presidente necesita triunfar en Florida y otro Estado de estos para ganar la elección. Si no consigue una victoria allá, será un escenario complejo para él”.

Una decisión polarizada

Cuando Trump llegó a las primarias republicanas de 2016 era un desconocido para la política y se quedó con la nominación. Ya en la carrera por la Casa Blanca las encuestas indicaban que Hillary Clinton ganaría la presidencia. Sucedió lo que pocos presagiaban y el multimillonario que creó los realities se convirtió en mandatario, derrotando a los políticos tradicionales y trazando un gobierno indiferente con la migración, los afroamericanos, China y Venezuela.

Empezó con pie derecho, continuando la recuperación económica del mandato de Obama, quien tuvo que sortear la crisis de 2008. Amenazó con un enfrentamiento nuclear con Corea del Norte, pero terminó estrechando la mano de Kim Jong-un en la frontera entre las Coreas. Retiró tropas de Afganistán y Siria y también anunció la salida de los soldados estadounidenses de Irak, los legados de guerra de su antecesor. Hubo vientos armados con Irán que no se consumaron y, así, sus combates se dieron con discursos, no con tanquetas.

No cumplió su promesa de construir un muro en la frontera con México, pero sí creó decretos presidenciales contra los migrantes, separó a menores de edad de sus padres y a los niños y niñas los encerró en jaulas como presos. Cesó el fuego sacando a los uniformados de terreno para invertir los recursos federales en asuntos internos, pero encendió una guerra comercial con China y bajó la guardia ante los incendios forestales. Retiró a Estados Unidos del Acuerdo de París, de la Organización Mundial de la Salud y de pactos nucleares. Se enfermó con la pandemia, pero asegura ser inmune. Gobierna el país con más casos y decesos de Covid-19, pero jamás ordenó una cuarentena.

Estados Unidos llega a esta elección con la salud y la economía en cuidados intensivos y desde mayo hay protestas contra la violencia policial hacia los afrodescendientes. Brian Fonseca, director de investigaciones del Gordon Institute for Public Policy, asegura que “jamás se vieron estos niveles de tensión. La polarización y el hiperpartidismo lideraron las campañas y estamos por ver una elección muy disputada”. Como Mann, Fonseca augura que tal vez el 4 de noviembre no se tenga certeza de quién llegó a la Casa Blanca.

El referendo a los casi cuatro años de presidencia de Trump se da con votos. Biden también enfrentará el suyo con los ocho años que estuvo como vicepresdiente de Barack Obama, una dupla que estuvo en guerras internacionales en todos sus días en la Casa Blanca, pero terminó ganando un Nobel de Paz y creó un sistema de salud más accesible (el Obamacare). El problema para el demócrata es que esa historia de político tradicional es lo que más le reprochan los votantes. Y de Trump, su poca historia en la política, es lo que más le aplauden. Con lo que suceda hoy uno de ellos dos se convertirá en el nuevo presidente de Estados Unidos.

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