El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha asegurado que el compromiso para enviar bombas de racimo a Ucrania fue una “decisión difícil” pero necesaria, ya que las fuerzas ucranianas “se están quedando sin munición” y el armamento anunciado este viernes funciona como “transición”, para ganar tiempo hasta conseguir nuevos proyectiles de artillería.
“Fue una decisión muy difícil para mí. La hablé con nuestros aliados, con nuestros amigos en el Congreso”, ha explicado Biden en una entrevista para la cadena CNN, poco después de que varios departamentos de su Administración anunciasen lo que ya venían anticipando días algunos medios, pese a los recelos expresados por organizaciones defensoras de los Derechos Humanos y por Naciones Unidas.
También puede leer: Joe Biden apoyará entrenamiento de soldados ucranianos en el uso de aviones F-6
Las municiones de racimo prometidas por Washington son compatibles con las lanzaderas de proyectiles de 155 milímetros que ya tiene Ucrania, algo en lo que ha querido incidir Biden para hablar de lo que ha descrito como un “periodo de transición”. En este sentido, ha señalado que no se trata de un compromiso “permanente”, sino hasta conseguir otro tipo de proyectiles de artillería que puedan servir a las fuerzas ucranianas.
La Convención sobre Municiones de Racimo, un tratado internacional suscrito por más de un centenar de países, aboga por prohibir este modelo de armas por su impacto indiscriminado sobre la población civil. “No somos firmantes de este acuerdo, pero me llevó un tiempo convencerme de hacerlo”, ha explicado el mandatario norteamericano, que ha dicho seguir la “recomendación” fijada por el Departamento de Defensa.