Joe Biden es el nuevo presidente electo de Estados Unidos y con su llegada a la Casa Blanca comenzará una renovación del discurso en la política internacional que ha mantenido ese país en los últimos 46 meses, marcados por el mandato de Donald Trump.
En asuntos exteriores el demócrata de 77 años plantea un mandato similar al que tuvo Barack Obama entre 2008 y 2016, cuando Biden se desempeñó como vicepresidente. Ese gobierno fue determinante para acercar a la Casa Blanca a Cuba por primera vez desde 1958.
Entre los temas en la agenda para la administración Biden-Harris sobre la región están la relación con México y la frontera sur, la situación de Cuba, la emergencia humanitaria compleja de Venezuela y Colombia, país con el que el punto de encuentro está en la lucha contra el narcotráfico.
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Otra pausa al deshielo
Obama se acercó al régimen de los Castro en 2014, poniendo fin a 54 años de historia de una relación hostil con la isla. Sin embargo, cuando llegó Donald Trump al poder volvió a cambiar ese discurso y en junio de 2017 retomó las sanciones.
Es tal la fractura de la administración republicana con el gobierno de Miguel Díaz-Canel en La Habana que esta semana los cubanos plantearon reforzar sus lazos con Irán de cara a una eventual reelección. Pero eso no sucedió y ahora la tendencia podría girar nuevamente.
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En septiembre, durante una entrevista con la cadena NBC de Miami, el demócrata dijo que “revertiría las políticas fallidas de Trump que han causado daño a los cubanos y sus familias”, lo que abre la puerta a que se retiren las sanciones de Estados Unidos hacia Cuba que estableció su antecesor.
La relación con Venezuela que plantea Biden
El otro giro sería sobre Venezuela, pues Biden ha dicho que la política del republicano hacia el régimen de Nicolás Maduro fue “fallida”. Desde que el opositor Juan Guaidó se proclamó como presidente interino la Casa Blanca lo reconoció como mandatario legítimo y comenzó a conversar los asuntos de política exterior con Guaidó y no con Maduro.
“Debemos ser los líderes internacionales de la respuesta humanitaria para Venezuela. Maduro es un dictador que está causando un gran dolor en el pueblo. Venezuela necesita nuestro apoyo para recuperar su democracia”, dijo Biden mientras estaba en campaña, en octubre. Ese día también planteó apoyo para los líderes democráticos del país.
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Biden prometió Estatus de Protección Temporal para los migrantes venezolanos que han llegado al país y también habló del papel de Colombia como un territorio receptor de los desplazados internacionales. Esa medida, aseguró, sería una de sus primeras decisiones como mandatario en ejercicio.
Además, la mano amiga con la migración será un asunto protagonista de su gobierno, pues el presidente electo ha hablado de abrir caminos para la regularización de más de once millones de migrantes que están en el país de manera ilegal. También apoya a los Dreamers, y, lo más importante: con la salida de Trump se daría una vuelta de página a la idea de construir un muro en la frontera.
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Sobre ese punto, Human Rights Watch consideró que “el presidente electo debe revertir cuatro años de retroceso en materia de derechos humanos y tomar medidas inmediatas para que el respeto por los derechos encabece las leyes y políticas del país”.
Colombia, el ancla de Estados Unidos en Suramérica
“El papel que juega Colombia con Estados Unidos no siempre está articulado al narcotráfico. Durante el Gobierno de Juan Manuel Santos las relaciones fueron muy pragmáticas y eso no significó mayor intervencionismo de la Casa Blanca en los asuntos locales. Ni siquiera con Trump hemos tenido un intervencionismo como el que hubo en los 80”, afirma el profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Pontificia Bolivariana, Ólmer Muñoz.
Para Muñoz hay una palabra que podría caracterizar la diplomacia en los próximos cuatro años: pragmatismo. Colombia y Estados Unidos cumplen 198 años de relaciones bilaterales que han tenido una naturaleza bipartidista. Esto significa que el vínculo es un asunto de Estado independientemente de la tendencia ideológica de los partidos de gobierno.
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“Los ciudadanos estadounidenses han honrado su tradición democrática y Colombia trabajará con el presidente electo Joe Biden para continuar consolidando los vínculos económicos, comerciales, políticos y de cooperación. Seguiremos fortaleciendo la relación bilateral estratégica con Estados Unidos, que cuenta con un sólido respaldo bipartidista en ese país”, dijo este sábado la canciller Claudia Blum.
La historia política de Biden ha estado marcada por la lucha contra la criminalidad, con leyes contra los delincuentes y traficantes, además de una censura internacional a los administraciones que consideraron como dictatoriales: Irak y Afganistán. Por eso podría ser determinante en el discurso contra el régimen de Maduro en Venezuela que caracteriza a la administración Duque.