El mundo está en un conteo regresivo. La canciller de Alemania, Angela Merkel, se prepara para dejar el poder después de llevar las riendas de su país durante 16 años, tiempo en el que marcó historia como una de las mujeres más influyentes de la política internacional.
“No haré política. No seré una solucionadora de conflictos políticos. Eso lo he hecho durante muchos años (...) siempre he defendido el multilateralismo, aún no sé qué haré después”, dijo Merkel en entrevista con la DW.
Merkel había adelantado que después de dejar el cargo se tomaría un tiempo de descanso, un paso al costado que significa una reacomodación del poder en Alemania y la Unión Europea, pues es una de las figuras más emblemáticas de esa comunidad.
En este tiempo, Merkel se caracterizó por su estrategia diplomática para tender puentes, unificar a la Unión Europea y conversar, incluso, con actores complicados. “La política internacional supone dialogar mucho, ponerse en el lugar del otro”, expresó.
“Cuando alguien tiene una visión del mundo completamente diferente hay que escuchar porque, si dejamos de escucharnos, dejamos de encontrar soluciones“, agregó la canciller de la Unión Democrática Cristiana (CDU).
Nacida en la Alemania Occidental, antes de la caída del Muro de Berlín, Angela Merkel llegó a la Cancillería Federal el 22 de noviembre de 2005, después de hacer carrera como ministra de Ambiente y miembro del Bundestag (el parlamento), entre otros cargos.
Merkel abanderó la lucha contra la emergencia climática y la respuesta humanitaria a la migración, apelando por políticas de mano amiga con los migrantes y refugiados que huyeron de Siria y otros lugares de Medio Oriente, una determinación que le significó críticas en el bloque de los 27.
En su conversación hizo un llamado a los jóvenes para que sigan haciendo presión para que los países cumplan con sus objetivos climáticos, pues para ella hay tres cuestiones fundamentales: el cambio en el paradigma del carbón, la movilidad y el suministro energético.
Sobre los desplazamientos internacionales, sentenció que la Unión Europea aún carece de un “equilibrio eficiente en los países de origen y llegada”, y apuntó que habrá retos en el futuro sobre la migración desde Bielorrusia y zonas críticas de Medio Oriente, como Afganistán. “No hemos podido crear en Europa un sistema de asilo y migración unificado”, cuestionó.
“Lo primero que le digo a la gente en Afganistán es que estamos tristes, simplemente no hemos logrado lo que queríamos: un orden político autosuficiente en el que las niñas puedan ir al colegio, las mujeres puedan cumplir sus deseos y haya paz (...) Alemania no es el único culpable: los afganos tampoco fueron capaces y eso es muy lamentable”, cuestionó.
Olaf Scholz, líder del Partido Socialdemócrata de Alemania, es el probable sucesor de Angela Merkel. Scholz, incluso, le acompaño en la cumbre de líderes del G7. A semanas de un cambio en la Cancillería, Angela Merkel invitó a mantener la diplomacia: “En este mundo tenemos que cooperar. Fue en mi época cuando surgió el G20 tras la crisis financiera. Solo juntos podemos resolver los problemas”, concluyó la canciller.
