El expresidente Andrés Pastrana Arango (1998-2002) analiza el proceso del Caguán.
¿El 21 de febrero de 2002 fue el día más difícil de su Presidencia?"
Sin duda fue el día más difícil, porque tocó aplicar la decisión de clausurar un proceso que llevaba más de tres años, en el que más de 30 países nos habían acompañado, en el cual habíamos puesto todo el esfuerzo y buena parte del Gobierno trabajó para eso. El país nos había elegido para la búsqueda de la paz a través del Mandato para la Paz".
En enero de 2002 usted ya había suspendido el proceso, ¿para esa época las Farc no tenían voluntad de paz?
"Eso fue lo que demostraron. El proceso atropelló a las Farc. Nunca estuvieron preparadas para entrar en ese proceso de paz dentro del contexto que ya se había firmado. Cuando la comunidad internacional nos había acompañado desde el principio, pero las Farc vieron que ya era un poco tarde y venían elecciones, se dedicaron en enero a hacer más ataques, como el que hicieron a una ambulancia en donde iba una señora embarazada, eso llevó a que los países lo rechazaran".
También ha sido capaz de reconocer sus errores?
"La zona de distensión no funcionó, era un instrumento y las Farc perdieron esa oportunidad única. No ha habido un proceso de paz tan amplio y transparente como ese. A veces se olvida que las Farc todos los sábados tenían televisión cuatro o cinco horas y allá iban todos los colombianos a expresar su opinión. Hay que acabar la zona de distensión y buscar otras alternativas, el extranjero siempre va ser mejor, hay más discreción para el proceso".
¿Afectó el narcotráfico el proceso?
"En la mesa de negociación había dos corrientes: la que buscaba la solución política y la que quería continuar con la guerra para proteger los cultivos. El que no se hubieran sentado a acabar con esa división y tomar la decisión de hacer la paz, hizo que el ala guerrerista triunfara".
¿Qué se puede rescatar de esas experiencia?
"Quedó la experiencia del acuerdo humanitario. Liberamos a 500 soldados y policías, que nos da la tranquilidad de saber que regresaron. Quedó una agenda en la que veníamos avanzando seriamente en los temas de cese al fuego y hostilidades, liberación de secuestrados y fin del secuestro. También quedaron las Farc deslegitimadas y en las listas de terroristas de Europa y EE.UU".
¿Cómo interpreta usted, entonces, la reciente propuesta que hizo 'Timochenko' de retomar lo que quedó del Caguán?
"'Timochenko' está diciendo que regresemos al Caguán, pero tiene que ser a donde quedamos, por lo tanto el punto de partida tiene que ser el cese de hostilidades, el cese al fuego, fin del secuestro y liberación de todos los secuestrados".
¿Se podría volver a hablar de zona de distensión en Colombia?
"Eso no va a volver a suceder, ese experimento fracasó, al igual que la zona de distensión de Ralito. Entonces no vuelve a haber Caguán en Colombia y además lo prohibe la ley. He dicho que tenemos que buscar alternativas, como diálogos discretos en el extranjero, para ir avanzando hacia la paz. Hay otro elemento que se debe tener en cuenta y es la Corte Penal Internacional, en 1998 Colombia no hacía parte del grupo de países que pueden ser juzgados bajo sus lineamientos".