Muchos ignoran que se trata de una patología, pero está entre las diez causas de consulta más frecuentes dentro del registro del Centro Nacional de Dermatología.
¿Es usted una persona que se pone roja con facilidad? Si bien enrojecer es una respuesta natural del organismo que se activa al sentir vergüenza o rabia, hacerlo frecuentemente puede ser síntoma de que usted padece rosácea, una enfermedad que puede afectar la visión.
También ha sido llamada acné rosáceo y, más popularmente, "nariz de borrachito". Es una dermopatología de origen vascular, cuyos síntomas iniciales se asemejan a una quemadura de sol o a una reacción alérgica. Millones de personas alrededor del mundo padecen esta enfermedad que solo en los Estados Unidos afecta a cerca de 15 millones de personas.
Para el dermatólogo Luis Arturo Gamboa, "excepto los políticos que no se sonrojan por nada, todos nos ponemos rojos". Sin embargo, la rosácea puede llevar a que la coloración exagerada de la piel sea constante.
"El enrojecimiento se empieza a volver permanente. Ya no es episódico, sino que la persona siempre está roja. Le aparecen venas, vasitos dilatados en la cara. Y luego, ya hay una parte que es inflamatoria con lesiones que se parecen al acné", señala Gamboa, quien además pertenece al Centro Nacional de Dermatología y presta sus servicios a la Liga contra el Cáncer.
Hora de ir al especialista
¿Cuándo entonces tener la piel roja es muestra de una patología? Responde el doctor Gamboa: "Cuando el enrojecimiento no se quita, sino que en todos los momentos la persona ya está roja. Ahí se debe alertar porque pueden ser las fases iniciales de la enfermedad".
Durante el periodo inicial, ésta hace que los vasos sanguíneos se dilaten y tomen el aspecto de manchas coloradas o líneas onduladas y delgadas, similares a las patas de una araña. Los médicos llaman a esto telangiectasia.
Una segunda etapa de la rosácea produce inflamación en la piel y la aparición de granitos en la cara. Éstos pueden ser pápulas (pequeños, rojos y sólidos) o pústulas (llenos de pus, como los que aparecen con el acné juvenil).
En los casos más severos, las glándulas sebáceas logran aumentar el tamaño de la nariz y crean abultamientos. Esta afección es conocida como rinofima, la conocida nariz de borracho.
Aunque los expertos señalan que la rosácea tiene un origen genético, explican también que hay algunos factores que la agravan. La exposición al sol, ingerir alcohol, comidas muy calientes, picantes o condimentadas, permanecer en ambientes de temperatura alta, son condicionantes que favorecen la aparición de complicaciones.
La más grave de todas, la afectación de la visión. Algunos casos avanzados llegan a dañar las membranas conjuntivas por medio de la aparición de pterigios.
El mensaje de los dermatólogos señala que quienes padezcan el síntoma principal, el enrojecimiento, impidan el avance de la enfermedad. Como medida inicial, evitando los factores que benefician la piel roja y utilizando bloqueadores de rayos ultravioleta A y V.
Finalmente, una intervención médica oportuna puede detener el avance de la enfermedad con medicamentos tópicos, derivados de la tetraciclina y el Metronidazol.
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