Nadie niega que el progreso del país en muchos aspectos, entre ellos el turismo. Medellín no ha sido la excepción.
Con toda seguridad, en medio de almuerzos familiares y charlas de amigos se ha dicho: "oíste, ¿si has visto como hay de extranjeros en Medellín?". Y es verdad: la Ciudad es el tercer destino preferido en Colombia. Según Proexport y la Alcaldía de Medellín, 127.281 viajeros extranjeros vinieron a la ciudad en 2009. Veinte mil turistas más que en 2008, dan cuenta de eso. La ocupación hotelera tuvo un incremento del 12% en el número de huéspedes con relación a 2008, sin contar con el hospedaje informal, que se calcula, alcanzó el 25%.
Por esa razón, no es vano ver los restaurantes atiborrados de hombres de negocios y ver en el día a muchos "monos", con gafas oscuras, bermudas y chanclas por sectores como El Poblado o desplazándose en el Metro para ir a los cables de Santo Domingo y Pajarito a ver las comunas desde los aires. Pero en las noches, esos "monos" van a los bares y discotecas a tomar ron y aguardiente, mientras tratan de bailar reggaetón o salsa, con menos ritmo que un cojo.
Hasta ahí, bien, porque dejan dinero y se llevan una buena imagen de la ciudad y digamos que así debería ser: un turismo de negocios, gastronómico, de esparcimiento, en fin. Sin embargo, muchos de ellos, emulan ser buitres con intenciones debajo de sus pantalones. Sí, muchos van en busca de placeres sexuales, más baratos que en los clubes nocturnos de ciudades como Las Vegas y Amsterdam. ¿Placeres sexuales? ¡Ay, Dios, qué escándalo! Dirán algunas señoras que lean esta columna. ¿Que cómo se me ocurre escribir esto?, pero es así: muchos extranjeros están aquí para "coronar" colombianas, y si son paisitas, que tienen fama de bonitas, mucho mejor. El turismo sexual en el país es latente y Medellín no es la excepción. Basta conversar con uno que otro de ellos para oler su intención, su instinto primitivo y ver una que otros parejita de extranjero con colombiana, para darse cuenta de que el asunto toma cada vez más vuelo.
En las calles se huele el sexo que buscan los extranjeros. Me di a la tarea de buscar en Google dos palabras: "Medellín+prepagos", y miren de entrada lo que encontré en un sitio de supuesta promoción de la ciudad: "contamos con muchas mujeres para realizar el trabajo de scorts (sic) o acompañantes para extranjeros que visiten Medellín. El turismo sexual es una de las prácticas más utilizadas en la ciudad, las mujeres que hacen parte de este grupo selecto de chicas, son mujeres que cumplen con toda clase de atributos físicos, caderonas, culonas, con buenos bustos (?) Puedes encontrar universitarias, maduras, amateurs, nenas con mucha experiencia?". ¿Cierto que da como una rabiecita que eso pase en esta ciudad?
El pasado domingo este mismo diario sacó un reportaje sobre el tema. Impactante. Sin embargo, era una verdad silenciosa. En Medellín, muchas mujeres están cayendo en este juego carnal, por necesidad o gusto por la plata fácil. El problema es que detrás de todo este negocio vienen aquellas otras dinámicas como el narcotráfico, la trata de blancas y las drogas. Que esto sea un campanazo, ya no de alerta sino de una realidad palpable, para que los esfuerzos de las autoridades (que no los desconozco, porque sé que trabajan en el tema), se incrementen. De lo contrario, dentro de un tiempo, encontrar una mujer prepago será tan fácil como comprar una tarjeta prepago.
Pico y Placa Medellín
viernes
0 y 6
0 y 6
