El mismo Julián Román se reía cuando leía en la prensa argentina notas en las que se referían a él como el "guapo galán colombiano".
Nunca se imaginó protagonizando una telenovela y menos encarnando un galán, tal como lo hace ahora en Valentino, el argentino.
Estuvo siete meses en Buenos Aires y en dos semanas estará en Medellín, en la producción del filme En Coma, junto a su padre Edgardo Román y a uno de sus mejores amigos, Juan Pablo Rabba.
Julián habló con la revista VIERNES sobre su primer protagónico, lo difícil que fue desligarse de su rol de Leo Reyes, de su pasión por la bicicleta y de sus futuros proyectos.
¿Cómo analiza el arranque de Valentino el argentino?
"Arrancó muy bien, a la gente le está gustando mucho y se está divirtiendo, que era lo que realmente nosotros queríamos, ese es el objetivo del producto (que la gente pase un rato muy alegre en la casa)".
¿Qué es lo que más ha disfrutado como Valentino?
"Muchas cosas: el hecho de ser protagonista es muy divertido, la oportunidad de estar grabando siete meses en Buenos Aires, de trabajar con los argentinos y compartir con actores que siempre quise conocer y que veía en festivales de cine o teatro, eso fue muy importante para mí, y sobre todo, sentirme muy respaldado por el canal y por Jaime Sánchez Cristo (de Vista Producciones), que siempre creyó en mí para Valentino, el argentino".
¿Cómo se ha sentido de protagonista, de galán?
"Yo siempre pensaba que mis protagónicos iban a ser en series como Tiempo final o Mujeres asesinas, en cosas muy puntuales, pero cuando llegó la novela me sentí un poco inseguro, más por prevenciones mías que por otra cosa, porque considero que no soy el prototipo de galán que buscan en las telenovelas colombianas. Creo que ser galán es mucho más que cumplir con unas condiciones físicas".
¿Con cuáles de las características de galán cumple?
"La más importante, aunque es feo hablar de uno mismo, es que la gente me quiere, el público siempre se ha manejado muy bien conmigo, desde Francisco, el matemático y luego en Los Reyes".
¿Qué tan difícil ha sido desligarse del rol de Leo Reyes?
"Hay un cambio impresionante, esta es una novela muy divertida, pero no tiene nada que ver con el delirio de Los Reyes. Valentino es la historia de un personaje muy colombiano, sin los estereotipos de Los Reyes.
Personalmente ha sido difícil, por muchas cosas. Apenas terminó Los Reyes lo primero que hice fue cortarme el cabello y luego hice una película para desprenderme de Leo, hice teatro, me fui a México y eso me despercudió de la personalidad de Leo.
Luego estuve en Tiempo final, con roles agresivos y fuertes. También actué en Mujeres asesinas haciendo el típico marido abusador y de homosexual enamorado de su pareja. Igual, como me enseñó mi papá (Edgardo Román) no hay que dormirse en los laureles, hay que estudiar, trabajar y actuar".
