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Gardel, renacen las cenizas

23 de junio de 2008
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Setenta y tres años después del trágico accidente aéreo en que falleció el Morocho del abasto, la sociedad medellinense mantiene viva la memoria del artista, a quien recuerda por el sentimiento con que interpretaba las melodías de arrabal.

Se afirma que Carlos Gardel, Rey del tango, hoy canta mejor que antes. Sobre el accidente de Carlos Gardel se han conocido hipótesis, conjeturas, teorías y especulaciones diversas que, a la postre, no han tenido asidero en el mundo académico y técnico de la aviación civil y de la medicina legal.

La historia
Transcurría el mes de junio de 1935, época en la cual el verano empieza a calentar las laderas que rodean el Valle de Aburrá y el refrescante clima primaveral se deja sentir en la capital antioqueña.

El 10 de junio Gardel arribó a Medellín, procedente de Barranquilla, en el avión Guillermo Valencia, de la Sociedad Colombo Alemana de Transporte Aéreo (Scadta). El viernes 14 de junio el artista viajó a Bogotá, en donde continuó su gira por Colombia hasta el 23 de junio.

En la mañana del lunes 24 de junio Gardel y sus músicos toman el vuelo de Saco Bogotá - Medellín - Cali. La escala técnica en Medellín tenia la finalidad de abastecer combustible, por la altura de 2.500 metros sobre el nivel del mar y la pesada carga no era posible abastecer con la máxima capacidad de combustible el trimotor y continuar la gira en Cali.

De otra parte, el Piloto Samper recibiría las latas con la película Payasadas de la Vida, que sería presentada en Cali.

El aeródromo, escenario de los hechos
A este propósito, la primera empresa de aviación colombiana se fundó en Medellín en 1919. En 1922 aterrizó en el barrio Guayabal el primer aeroplano. Hacia 1931 se inició la construcción del aeródromo Olaya Herrera o como lo denominaban coloquialmente las personas de la región: el campo de aviación Las Playas.

El accidente
El 21 de junio de 1935, a las tres de la tarde, las condiciones climáticas de la ciudad eran estables e ideales para la aviación. Es decir: visibilidad ilimitada, viento en dirección sur - oeste y velocidad de 7 - 46 millas por hora.

El Trimotor Ford: el ganso de hojalata
Esta aeronave era construida totalmente de metal, conocido en el mundo de la historia de la aviación como Tingoose (ganso de hojalata). Modelo 5-AT-C, serie 6, enero de1929.

Velocidad de crucero: 110 - 130 millas por hora. Capacidad de carga: 2.100 kilogramos. Pasajeros: capacidad 14 sillas en mimbre con cinturones de seguridad dispuestas una a cada lado para igual número de ocupantes. Carga de combustible: en los planos (alas). El tren de aterrizaje posterior: sistema “patín de cola”.

Los aviones: el trimotor Ford
El trimotor Ford F- 31 de Saco, piloteado por Ernesto Samper Mendoza, de 33 años de edad, (bogotano) propietario de Saco, que tenía como copiloto William B. Foster, de 18 años de edad (medellinense), transportaba 13 pasajeros: Gardel, Lepera, Palacios, Schwartz, Moreno Barbieri, Azzaf, Riverol, Aguilar, Plaja y Flynn.

Además, llevaba instrumentos musicales, telones, maletas y 450 galones de combustible. El F- 31 se ubicó en la cabecera de la pista y recibió autorización de la torre de control para despegar.

De otra parte, el trimotor Ford F 11 - de la Scadta El Manizales, piloteado por Hans Ulrich Thomas, de aproximadamente 26 años de edad, (de Bromberg y ex piloto de guerra de la Luftwaffe) y copiloto William Fuerts, veintinueve años de edad (de Frankfurt), permanecía en su hangar, en segundo turno para el despegue con siete pasajeros: Vélez, Zuleta, Moreno, Strauss y Castillo, adicionalmente equipajes y 250 galones de gasolina.

Además, los cuadernos de la investigación judicial señalan que la disposición de los pasajeros en el F- 31 eran siete en el derecho y cuatro en el izquierdo.

Las evidencias
En los últimos 100 metros del recorrido de la pista el F- 31 sufrió una desviación de 30 grados con respecto al eje central de la pista, dejando sobre la misma una huella del tren de aterrizaje derecho y otra del patín de cola.

Los sobrevivientes José María Aguilar, José Plaja Grant y Grant Flynn, (este último se lanzó de la aeronave al escuchar el ruido) señalaron en el expediente judicial que en el momento de las tareas de decolaje escucharon un fuerte ruido proveniente del tren de aterrizaje, después del cual el F- 31 se desvió e impactó al F- 11 (Manizales).

Las huellas dejadas por el tren derecho y patín de cola no observaron variación del curso y que indicaran intención de corrección del curso. Al respecto, en las fotografías del F- 31 siniestrado se aprecia el timón de cola con posición exagerada hacia la izquierda.

En este marco analítico, se puede interpretar la inusual posición del timón de cola en las tareas de despegue como una desesperada maniobra del piloto Samper por corregir el curso del F - 31. El tren de aterrizaje derecho había fallado por ruptura del eje. Una clásica fotografía del accidente captada por Obando registró la evidencia de ruptura del eje del tren derecho.

El impacto
Por la energía cinética de la nave F- 31 y la carga de combustible que necesitaban los trimotores para iniciar el vuelo se inició una gran conflagración alimentada por 700 galones de gasolina. De otra parte, la fuerza del choque del F - 31 contra el Manizales incrustó los planos (alas) de aquel contra éste, ocasionando desmembración en algunos pasajeros, así se desprende de los informes de necropsias médico-legales de las víctimas.

Aspectos técnicos
El F -31 de la Saco transportaba 13 ocupantes (siete al lado derecho y seis al izquierdo), 60 baúles, 450 galones de gasolina, 12 latas con películas. Se estimaban 470 kilos de carga en el lado derecho y 340 en el izquierdo. Pasillos ocupados con telones y tambores de películas debajo de las sillas.

Las necropsias de las víctimas
Existía en Medellín de ese entonces una “Oficina de Medicina Legal”, dirigida por el Doctor Luis Carlos Montoya, y apoyada por los también médicos legistas: Antonio J. Ospina, Luciano Restrepo Isaza y Julio Ortiz Velásquez.

La morgue de la Facultad de Medicina de la Universidad de Antioquia servia de morgue judicial. El edificio de la Facultad, inaugurado en 1934 y de estilo francés, es hoy un patrimonio artístico y cultural de la ciudad. Aún se conserva la sala donde se práctico tan histórica necropsia de Carlos Gardel.

Anotaron los galenos en sus informes periciales del 24 y 25 de junio de 1935 que las 15 víctimas del siniestro aéreo presentaban la actitud propia de los muertos por incineración, precisan acerca de la quemadura de glóbulos oculares y destrucción de los párpados , pabellones auriculares, partes blandas de la nariz.

Puede resumirse que las víctimas presentaban quemaduras de cuarto, quinto y sexto grado, además algunos sufrieron herniación de intestinos y masa encefálica por carbonización de las paredes intestinales y craneales respectivamente; otros padecieron fracturas y desmembraciones.

Necropsias de los pilotos
Para contextualizar este relato a la luz de las ciencias forenses actuales, la necropsia de los pilotos es de capital importancia en los informes médico - legales. Estas necropsias sirven, en especial, a los investigadores de accidentes aéreos para establecer las causas del accidente y determinar los factores causales del accidente.

Tripulación del F- 31 de Saco

Ernesto Samper Mendoza (piloto)
“… Presenta quemadura de cuarto, quinto y sexto grado generalizada, pero está sano el brazo derecho, parte del antebrazo y del pie del mismo lado, parte del tórax, del vientre, de la región glútea izquierda y el pliegue genito-crural derecho. Por causa de la cremación faltan el antebrazo y la mano derechos y la rótula derecha esta salida y quemada …”

William B. Foster (copiloto)
“… Presenta quemaduras de cuarto, quinto y sexto grado generalizadas, pero están sanos parte del tórax, del vientre y del muslo izquierdo. Por causa de la incineración faltan los dedos de la mano izquierda y del pie del mismo lado. …”

Tripulación del F - 11 (Manizales) de la Scadta

Hans Ulrich Thomas (piloto):
“… Presenta quemaduras de cuarto, quinto y sexto grado generalizada. Por causa de la quemadura, falta parte de los huesos de la bóveda craneana, se rompió el vientre en el flanco derecho y los intestinos se herniaron, quedó separado el miembro inferior izquierdo desde la altura del tercio medio del muslo y el pie derecho. …”

William Fuerst (copiloto)
“… Presenta quemadura generalizada de cuarto, quinto y sexto grado. Por razón de ésta el cráneo se halla roto y la masa encefálica herniada, uno de los húmeros salientes en su extremidad inferior, un radio también saliente, las manos en flexión externa y la pierna derecha deformada. ... ”

La necropsia reveló que los pilotos de la aeronave Manizales sufrieron con mayor rigor la fuerza del impacto. El informe médico legal descartó, de plano, la teoría que el piloto Samper recibió un impacto de proyectil de arma de fuego en el cráneo y como consecuencia de una balacera dentro de su aeroplano.

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