La seguridad alimentaria en el mundo preocupa a la mayoría de gobiernos al buscar garantizar la supervivencia del hombre, pero pocos países se cuestionan por la alarmante cantidad de alimentos que se pudren y que terminan en la basura contribuyendo a la inestabilidad del Planeta.
Son 1.300 millones de toneladas de comida que cada año se desperdician y, por eso, ayer la FAO (Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) pidió que haya un cambio de conciencia al respecto, además porque genera pérdidas del orden de 750.000 millones de dólares y son responsables de añadir 3300 millones de toneladas de gases de efecto invernadero a la atmósfera del planeta.
Para el director general de FAO, José Graziano da Silva, "todos nosotros -agricultores y pescadores, procesadores de alimentos y supermercados, gobiernos locales y nacionales, consumidores particulares- debemos hacer cambios en todos los eslabones de la cadena alimentaria humana para evitar en primer lugar que ocurra el desperdicio de alimentos, y reutilizar o reciclar cuando no podamos impedirlo".
Según la FAO, hay 870 millones de personas en el mundo que pasan hambre todo el día y esta realidad de la comida desperdiciada no se puede permitir, lo cual es ocasionada por prácticas inadecuadas
"En el caso de Colombia no existe ninguna reglamentación que exija nuevos parámetros en la buena gestión de residuos ordinarios y orgánicos. Tampoco hay una ley que regule la sobreoferta de ciertos productos y a nivel mundial tampoco se tiene lógica porque existe un desbalance en la producción de alimentos", dijo a este diario María del Pilar García, directora del Departamento de Medio Ambiente de la Universidad Externado de Colombia.
También el director del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma), Achim Steiner, dijo que "en un mundo de 7.000 millones de personas, que espera crecer hasta los 9.000 millones, desperdiciar comida no tiene ningún sentido a nivel económico, ético y medioambiental".
¿Dónde ocurre?
De acuerdo con los datos de la FAO, el 54 por ciento de desperdicio de alimentos en el mundo se produce en las etapas iniciales de la producción, manipulación y almacenamiento poscosecha. El 46 por ciento restante ocurre en las etapas de procesamiento, distribución y consumo de los alimentos.
Una de las salidas que proponerse reducir el desperdicio de alimentos. Más allá de limitar las pérdidas de cultivos en las granjas debido a las malas prácticas, un mayor esfuerzo para equilibrar la producción con la demanda significaría no utilizar recursos naturales para producir alimentos que no sean necesarios.
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