Cuando se desarrollaba la campaña política para la Alcaldía de Medellín en el año 2000, como gerente de las EPM creí mi obligación invitar a todos los candidatos para presentarles la empresa y sus resultados.
Algunos aceptaron la invitación y en compañía de mis gerentes, dimos toda la información y absolvimos inquietudes.
Fue difícil concertar la cita con el doctor Luis Pérez, quien al final accedió pero puso como condición que la reunión se hiciera fuera de las instalaciones de EPM.
Estaba con todo mi equipo directivo esperando al candidato, cuando éste avisó que no asistiría.
Gracias a los oficios del doctor Augusto López, quien lo acompañaba en la campaña, cambió de decisión y pudimos hacer la presentación.
Cuando le expuse algunas cifras le indiqué que lo que él venía diciendo en su campaña no era cierto y le demostré por qué.
Él dijo, delante de todo mi equipo: "es que yo invento las cifras y si tengo que corregir después, corrijo".
Ante una expresión de esa naturaleza entendí que no había nada qué hacer.
Creí y creo que no es ÉTICO, mentir para obtener un resultado en provecho propio.
Por eso el debate sobre las afirmaciones del hoy asesor de su campaña, el señor J.J. Rendón en el sentido de que para él la ética comenzaba después de las cinco de la tarde porque la ética era para los filósofos, no me extrañó.
Claro que es para los filósofos. Ella supone la reflexión, como una de las principales ramas de la filosofía, que conlleva discernir sobre "lo bueno", "lo malo", "lo correcto", "incorrecto" etcétera.
Esta, la ética, no es propia de los calculadores y "ajedrecistas" (no los virtuosos del ajedrez sino los que juegan a darle jaque-mate a los demás y a la decencia).
El Mahanshi Majest Yogui dice acertadamente: "las aves del mismo plumaje vuelan juntas", que traducido en vulgar paisa significa que "los burros viejos se buscan para rascarse".
El señor J.J. nunca nos ha mentido. Él siempre dice que él aprovecha los errores y debilidades del contrincante y no las virtudes de su asesorado.
Para él, por lo que vemos, vale el rumor, la conseja, o cualquier estrategia y táctica que le ayude a "inflar el perro".
Él no es filósofo. Él no reflexiona sobre lo bueno y lo malo. Lo correcto y lo incorrecto. Pareciera que para él, el fin justifica los medios.
Lo que hoy se dice en los mentideros políticos es que seguramente Luis (Luis Emilio) Pérez, está dañando a J.J.
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