Es una urgencia inminente y en cuestión de horas pueden detenerse las consecuencias de un infarto cerebral. Que sean graves o no depende en gran medida de qué tan rápido se traslade el paciente a un servicio médico y qué tan atentos estén a las señales de alarma de la enfermedad. Para conocer más del tema, EL COLOMBIANO habló con el neurólogo Luis Alfredo Villa.
¿Qué es un infarto cerebral?
Es la obstrucción súbita del flujo sanguíneo cerebral por causa de un trombo que cierra una arteria. Como consecuencia, el suministro de sangre a una parte del cerebro se interrumpe repentinamente.
Las células cerebrales mueren cuando dejan de recibir oxígeno y nutrientes de la sangre. Isquemia es el término utilizado para describir la pérdida de oxígeno y nutrientes en las células cerebrales cuando no existe un flujo adecuado de sangre y conduce finalmente a un infarto.
Cuando se interrumpe el flujo de sangre al cerebro, algunas células cerebrales mueren inmediatamente, mientras que otras permanecen sometidas a riesgo de morir. Estas células dañadas constituyen la penumbra isquémica y pueden permanecer en un estado de riesgo por varias horas. Con tratamiento oportuno, estas células pueden salvarse.
¿Qué tipo de infartos cerebrales existen?
Los coágulos de sangre pueden ocasionar isquemia e infarto de dos formas.
Un coágulo que se forma en una parte del cuerpo fuera del cerebro puede trasladarse a través de los vasos sanguíneos y quedar atrapado en una arteria cerebral. Este coágulo libre se denomina émbolo y a menudo se forma en el corazón. Un accidente cerebrovascular ocasionado por un émbolo se denomina accidente cerebrovascular embólico.
La segunda clase de accidente cerebrovascular isquémico, llamado accidente cerebrovascular trombótico es ocasionado por una trombosis: una formación de un coágulo de sangre en una de las arterias cerebrales que permanece fijo a la pared arterial hasta que aumenta de tamaño, lo suficiente para bloquear el flujo de sangre al cerebro.
¿Quiénes son más propensos a sufrir este tipo de infarto?
Los pacientes con historia de haber fumado, hipertensión arterial, obesidad, vida sedentaria, tabaquismo y diabetes, entre otras enfermedades.
¿Cuáles son los síntomas de infarto cerebral?
Debilitamiento o adormecimiento súbito de la cara, el brazo, la pierna o un lado del cuerpo. Confusión repentina, dificultad para hablar, entender y ver por uno o ambos ojos. Pérdida del equilibrio, la coordinación, mareo y dificultad para caminar.
¿Cuál es el tratamiento a esta enfermedad?
Requiere una intervención inmediata para realizar el diagnóstico y tratamiento.
La isquemia (falta de riego) tarda varias horas en desarrollarse y este tiempo supone una oportunidad para evitar o minimizar el daño cerebral.
Cada minuto es importante. Cuanto más tiempo dure la interrupción del flujo sanguíneo hacia el cerebro, mayor será el daño.
En el momento existe la posibilidad de destapar la obstrucción de la arteria cerebral por medio de un medicamento que disuelve el trombo.
Los estudios han demostrado que si en las primeras cuatro a seis horas, se instaura el tratamiento con este medicamento, se reduce el área del cerebro afectada y se reducen las secuelas y la mortalidad por infarto cerebral. En la mayor parte de los pacientes se revierten los síntomas.
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