Todavía están frescas las imágenes del incendio que devoró las instalaciones de Distrihogar en Itagüí, en octubre de 2005, pero también las muestras de solidaridad para salir de las cenizas.
A los tres días de esa tragedia, Distrihogar estaba expidiendo la primera factura de venta después de perderlo todo y ahora, casi tres años después, no da abasto para cumplirles a sus clientes, pues sus dueños no se quedaron llorando sobre la leche derramada y están incursionando en el modelo de franquicias. Tienen contratos con los más grandes hoteles del país para provisionar su lencería y adquirió los derechos para explotar las marcas de Hello Kitty, Hot Wheels, Barbie y Disney.
Otro ejemplo de pujanza y tenacidad de la familia Sierra Moreno.
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