La adrenalina era la misma que sintió esa vez de 2000 cuando debutó como profesional. "La misma alegría de entrar a la cancha, de escuchar los himnos, de estar con los compañeros. Volver a jugar fue como debutar otra vez", confiesa Diego Toro, de nuevo en las canchas de fútbol.
Fueron seis meses que se quedó sin equipo. Entre la norma de solo tener 25 profesionales en cada club y algunos problemas para arreglar su contrato, Diego Mauricio no logró la continuidad y la Liga Postobón-I debió verla por televisión.
Al principio de la temporada entrenó con Envigado, club con el que estuvo en 2010, luego en una cancha de Belén con los equipos de Nelson Gallego junto a otros "desempleados", y un tiempo más con Itagüí Ditaires. Pero aparecía el fin de semana, y las vacaciones forzadas llegaban en la vida del dos veces campeón con Nacional.
"Fue una situación dura, en la que te das cuenta quiénes son tus amigos. Ese que se cuerda de vos, que te da una llamada, que está contigo en las buenas y en las malas. Sería injusto nombrarlos y que alguien se quede por fuera, pero sentí a gente que me dio todo su apoyo", explica Diego, quien apenas tiene 29 años pero suma once como futbolista profesional desde su debut ante Real Cartagena.
Hoy, tras la parada obligada, será titular en la zona de recuperadores del Envigado en su encuentro ante América de Cali que abre la cuarta fecha de la Liga Postobón-II.
En Bogotá fue titular en la victoria ante Equidad por 2-1. También jugó algunos minutos frente a las águilas doradas de Itagüí.
Y esta noche en el Parque Estadio del Sur (8:00 p.m.), será su primer partido en casa como titular, ante la persistencia en la lesión que aqueja a Johnny Mosquera, dueño de esa posición en la última temporada, e integrante del equipo sub20 de Colombia que fracasó en el Mundial de hace unas semanas.
"Estoy contento porque nunca perdí la fe ni la esperanza de volver a jugar. Me sentí bien en Bogotá, pero hay que seguir mejorando para aportarle a este equipo", anota Diego, que vivió sus mejores años con Nacional, pero también supo vestir las camisetas de Pereira , Deportivo Pasto y Real Cartagena. Además, las selecciones Colombia de categorías menores vieron su paso de zaguero central a volante de recuperación.
Pero la emoción de esas sensaciones del regreso no son solo a la hora del partido. En los entrenamientos también lo siente. "Ahora como que entreno con más ganas, metiendo más fuerte, sudando más la camiseta. No es que antes no lo hiciera, sino que ahora soy consciente de que tengo que meter el doble y sudar más para estar en un club profesional".
Por su cabeza nunca pasó el retiro, pese a la inactividad. Y hoy, cuando salga a la cancha de nuevo con la camiseta naranja (no guarda rencores), sentirá lo mismo de sus años de juvenil. "Me siento como la vez que debuté con Atlético Nacional: nervios y ansiedad, pero sobre todo alegría por hacer lo que más me gusta en la vida, jugar fútbol".
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