Con casi 50 años de vida, la multinacional colombiana Ajover, la misma de las famosas tejas, le está enseñando al mundo que el poliestireno espumado, mal llamado por todos como icopor, no es tan malo como lo pintan.
Según explicó Pilar Romero, gerente de Ajover, "nada es bueno o malo. Somos nosotros los corresponsables quienes, dependiendo del uso que le demos, afectamos o no el medio ambiente".
Esta empresa, con plantas en Colombia, Estados Unidos, Israel, España y Turquía no solo hace tejas sino que también tiene una amplia línea de jardín y productos desechables.
La diferencia, con la que desmitifican el uso del icopor, es que esta compañía desde hace 15 años está certificada por trabajar con materias primas libres de CFC (gases agotadores de la capa de ozono) de la Unidad Protectora de Ozono, y además son ejemplo mundial por la implementación del Protocolo de Montreal en sus procesos industriales.
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