El “carruaje sin caballos”, como era conocido el automóvil antes de llamarse así, está oficialmente desde el 29 de enero de 1886, cuando el ingeniero alemán Karl Benz patentó su invento de un vehículo impulsado por un motor a gasolina. 13 años después ya eran varios los fabricantes que comercializaban este producto y bajo diferentes marcas. Entre ellos, una empresa en las afueras de París llamada De Dion-Bouton.
Hasta allí llegó don Carlos Coriolano Amador, el hombre más rico de Medellín, a comprarles un modelo Vis-a-Vis, por allá a mediados de 1899. El comerciante quería ser el primero en llevar el novedoso invento a su tierra, donde nadie había visto jamás un carro que se moviera por sí mismo, sin la ayuda de un caballo. Cuando en octubre de ese año el vehículo logró rodar por las calles de la ciudad, se daba inicio a una historia fascinante, que ha corrido paralela con el crecimiento de la metrópol.i. Así fue.