“¿Vamos a debatir sobre lo que la Comisión dijo o vamos a debatir sobre mentiras?”: el reclamo de la excomisionada Marta Ruiz tras un año del Informe

Excomisionada Marta Ruíz. FOTO: Cortesía
Entrevista de EL COLOMBIANO a la excomisionada de la Verdad, Marta Ruiz, quien fue una de las 11 comisionadas seleccionadas por el Comité de Escogencia de la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, CEV
Por: Daniela Osorio
Ruiz es periodista experta en conflicto armado y se encargó del capítulo del capítulo “No matarás”, el cuarto volúmen del Informe Final que se encargó de la narrativa histórica del conflicto armado.
Empecemos por un balance general de este primer año, ¿Cómo ha visto la movilización alrededor del informe?, ¿Ha ocurrido el movimiento alrededor de él que usted se esperaba?
“Bueno, yo lo que creo es que el informe tiene un efecto prolongado. Es decir, no es un informe que se lea en un día ni que sea noticia de un día, sino que es un informe que está pensado y fue escrito pensando en que va a ser leído en el largo plazo.
Creo que efectivamente eso es lo que ha ocurrido, es decir, apenas en estos meses recientes es que mucha gente empieza a debatir el informe realmente.
En los primeros meses no hubo debate porque nadie lo había leído, nadie sabía por dónde empezar a leerlo y creo que ahora sí, ya se están generando debates.
Entonces, es importante saber que parte de la realidad de las comisiones de la verdad, no sólo de la de Colombia, sucede que las comisiones entregan su informe y desaparecen. Entonces ese debate queda dándose en el público, no es un debate que se da con los comisionados porque los comisionados casi siempre ya dejaron de ser comisionados, sino que es un debate que se instala en la sociedad, se instala en la academia, en los medios de comunicación y creo que eso es parte de.
Creo que hasta ahora ha sido poco el debate y lo que nosotros creemos, es que este primer año debería servir para seguir avanzando.
Hay dos elementos que hay que tener en cuenta, el informe consta de dos grandes realidades: una como una reconstrucción del pasado que trata de ser muy plural y en torno a la cual también hay por supuesto, muchos debates y mucha gente que quiere decir estoy de acuerdo o en desacuerdo, pero el otro gran corpus del informe, digamos, es la propuesta de futuro que está en las recomendaciones.
Yo creo que son dos maneras distintas de observar o de entender el debate público, porque sobre el pasado va a ser una discusión que va a durar años, pero sobre la propuesta de futuro de las recomendaciones, nosotros creemos que eso sí es un debate mucho más político que tiene cierto carácter urgente.
Por eso, para nosotros fue un cambio de escenario muy grande cuando el presidente Gustavo Petro dijo “yo voy a acoger las recomendaciones de la Comisión de manera absoluta y a rajatabla”, así lo dijo.
Para nosotros era una sorpresa porque veníamos de un Gobierno de trabajar en interlocución con un Gobierno que no confiaba en la tarea nuestra, que no creía en la tarea nuestra y cuando el gobierno dice voy a acoger las recomendaciones, pues imagínate, fue un logro muy grande porque antes nos decían que las recomendaciones de las comisiones en todo el mundo eran solo saludos a la bandera.
Entonces, yo lo que creo es que hay muy buena disposición de parte de muchos sectores del país, especialmente el Gobierno, de órganos del Estado y de las Cortes.
Las Cortes, por ejemplo, han recibido el informe con mucha gratitud, con amor y lo han acogido en el Consejo de Estado. En la Corte Constitucional y en la JEP lo valoran mucho.
Eso para nosotros es muy importante, entonces nosotros lo que sentimos es que el informe y sus recomendaciones son algo que va calando poco a poco, que no están pensados para una coyuntura específica y las recomendaciones del informe tienen ambiciones muy estructurales, muy de leer el largo plazo y de pensar en cosas muy de fondo. Las recomendaciones no mueren en un día, ni mueren en tres meses”.
Justo pasaba a hablarle de eso. Al final no quedó el artículo en el Plan Nacional de Desarrollo que establecía que todas las entidades del Estado debían acoger las recomendaciones de la Comisión según sus capacidades, ¿Cómo recibieron esa decisión ustedes?, ¿Creían que era positivo que estuviera en el PND aunque la misión era hacer sugerencias no vinculantes? Y, segundo, esas otras recomendaciones que están andando en el Gobierno, como las ha visto y qué avances ha notado o qué retrocesos o cosas están quietas?
“Bueno, mira, primero que todo hay que decir que muchas recomendaciones que hace la Comisión, también coinciden mucho no solo con el Gobierno de este presidente, sino con muchas iniciativas del Congreso que van en la misma línea”.
De hecho algunas personas señalan el Informe de ser de izquierda…
“Pero eso no es como dice la gente mal pensada, que la Comisión hizo las recomendaciones que le gustan a Petro, no. Lo que pasa es que escuchamos al mismo país. Eso es lo que yo digo, hay unas cosas que están ahí, que están a gritos.
Entonces claro, el artículo 8 era un artículo muy genérico que era muy relativo y que nos demostró a nosotros cuando se hundió, que lo que había era una gran prevención y un gran desconocimiento sobre el informe y las recomendaciones, incluso, en gente tan prestante del Congreso que no entendía las recomendaciones ni tampoco las leyeron, porque incluso el artículo 8 decía que el Gobierno nacional iba a asumir las recomendaciones de manera progresiva y de acuerdo a sus capacidades, ojo, el Gobierno Nacional, no todas las recomendaciones son para el gobierno nacional.
Si hay recomendaciones, por ejemplo para el Congreso, el gobierno no puede implementarlas. Sólo podría implementar las que son de su resorte y ellos habían puesto en el Plan de Desarrollo ese elemento, diciendo que esto se iba a hacer de acuerdo a las condiciones.
En fin, por una razón muy sencilla: porque hay recomendaciones de mediano plazo que no están en manos de un Gobierno o sea, no son automáticas. Nada de esto es automático.
Entonces sí, para nosotros fue golpe que no quedara ese artículo, no sólo porque pues, le quitó herramientas a la implementación, sino porque le sembró una gran duda sobre el carácter de las recomendaciones, el origen y la naturaleza y eso a nosotros sí nos pareció el peor de los escenarios, porque una cosa es ignorar los las recomendaciones pero otra cosa es descalificarlas, entonces eso fue muy duro.
Ahora, también es cierto que todas las recomendaciones que tienen que ver con la reparación a las víctimas y todo eso, casi todas están incluidas en el Plan de Desarrollo.
Hay unas que requieren mucho debate en el país. El tema de cambiar la política de las drogas que es una recomendación nuestra, pues es una recomendación que nosotros vemos en sintonía, por ejemplo, con el Ministro de Justicia, pero que necesita una reflexión muy de fondo sobre los cambios”.
Ya después de este año de reflexión y de ver con calma todo lo que pasó, ¿han hecho ejercicios de reflexión donde analicen si erraron, si quizás fueron ambiciosos o alguna autocrítica por el estilo?
“Pues yo creo que colectivamente, los 11 comisionados, no. Es muy extraño porque, digamos, la Comisión es una cosa muy rara porque aunque es una institución del Estado, la gente no se quiere desprender y entonces todo el mundo está como en un chat y todo el mundo sigue conversando y eso sigue vivo.
Pero nosotros no hemos hecho esa reflexión colectiva, y yo creo que es necesaria, porque no hay tareas perfectas, por supuesto, y menos la de la Comisión.
Es una tarea muy imperfecta en la que nosotros tenemos que reflexionar sobre su propia imperfección, aunque, realmente para nosotros pues que ya lo hecho hecho está, ya lo de la imperfección también es una tarea que le corresponde a los otros, a la sociedad, mirar los aportes con pensamiento crítico, uno tiene que decir esto es lo bueno, lo regular y lo malo, pero nosotros no hemos hecho esa reflexión colectiva individualmente.
Si me preguntas por mí, muchos látigos me he dado sobre cosas que yo creo, debieron ser distintas. Si hubiéramos tenido más tiempo, lo hubiéramos hecho distinto.
Y la verdad es un proceso en movimiento. Nosotros nunca quisimos hacer una cosa que iba hasta aquí”.
El padre Francisco de Roux hablaba mucho de la responsabilidad de los medios en el conflicto, ¿usted cómo ha visto el papel de los medios en todo este año después del Informe, ha visto que le hemos dado la relevancia, que lo hemos discutido a fondo?
“Digamos que se hizo mucha bulla con la publicación del Informe en su momento, pero yo hasta entiendo que es muy difícil asimilar y leer ese documento como para haber hecho tantas cosas.
Yo soy periodista, y entiendo que el periodismo funciona un poquito con la actualidad, en fin, no les critico por como lo han hecho.
Pero yo lo que creo y lo que sí siento y que me duele de los medios es, retomando las palabras de Pacho, que no hemos podido salir del “modo guerra”.
De hecho creo que el “modo guerra” sigue instalado en muchas maneras de narrar y no sólo de narrar sino de ver, de interpretar y de leer la realidad, entonces lo que nosotros decimos allí, es que ese modo guerra también es una narrativa y también es una forma de pensar, es una manera de ver el mundo dividido”.
Hubo algunas dificultades para entregarle el Informe al Centro Nacional de Memoria Histórica. Entre otras cosas, porque la nueva directora María Gaitán -nieta de Jorge Eliecer Gaitán- no está de acuerdo con el supuesto origen del conflicto armado que dio la Comisión. ¿Qué han hablado ustedes de eso o qué opinan ustedes sobre esos planteamientos que ella hace?
“Sobre esa, no sé cómo llamarlo, como esa resistencia para mostrar todo lo que hizo la comisión, me parece que lo que ocurre allí es normal en Colombia, porque en Colombia es muy poco lo que recogemos de los demás.
O sea, siempre estamos inventando la rueda de cero. Pero para el caso concreto de María Valencia, como directora del Centro de Memoria, ella tiene un error muy grande. Yo no sé si es que ella no leyó bien o no ha escuchado bien las exposiciones, pero la comisión no puso una fecha de origen del conflicto.Ninguna.
La comisión empezó su esclarecimiento en el año 1958 y lo que dice la comisión, es que el conflicto tiene unas continuidades de violencias hacia atrás muy largas, incluso en los anteriores, hasta los años 20, y tiene unas rupturas.
El Frente Nacional fue una ruptura y nosotros nos paramos en esa ruptura, nosotros no decimos que el conflicto comenzó en el 58. No, nunca lo hemos dicho, porque no comenzó en el 58.
Pero María tiene una visión bastante distinta de la nuestra. María y su familia, porque es un tema familiar, dicen que el conflicto comenzó en el 46 con un genocidio a los gaitanistas.
Nosotros lo que hicimos fue ver el conflicto armado insurgente contrainsurgente. No vamos a esclarecer la violencia del 48 para allá, porque es una violencia sobre la cual ya hubo un trabajo hecho por el monseñor Guzmán, etcétera, etcétera.
Se ha escrito mucho y, realmente, la mayoría de las víctimas de este país se producen del año 90 para acá y nosotros tenemos que concentrarnos en darle respuesta a las víctimas, a los 10 millones de víctimas que han producido el conflicto desde el 85 hasta acá.
Sí, es una comisión histórica. Los historiadores pueden tener todo el debate, el centro de memoria histórica le corresponde y ellos sí lograron que en el plan de desarrollo salga, que se van a dedicar a hacer un esclarecimiento del origen.
Y creo que el centro de memoria no se puede convertir en el patrimonio de una familia, ni una sola narrativa, ni de un solo partido, ni de un solo grupo de víctimas.
Creo que María no lo está convirtiendo en eso, creo que María está trabajando con todas las víctimas, pero que tiene que tener mucho cuidado de tener más apertura a que haya una discusión en torno a los grandes temas de la memoria en Colombia.
Yo creo que, pues, es parte del proceso y de lo traumático que en parte es el tema de afrontar el pasado, las distintas visiones, y bueno, a la derecha tampoco le gusta el informe, y la extrema izquierda tampoco. Al ELN no le gusta. Y así, esa es la realidad del país, es el país que tenemos, este no es un país que todo el mundo pensó, en el que íbamos a sentarnos a contarnos la historia y que íbamos a salir con una versión unificada, como en un coro, pues, ese no es el país que tenemos, es más, te digo, no conozco ningún país en el que la verdad sea algo que genere unidad.
Entonces, ¿sabes qué es lo que yo siento?, que, por allá tus hijos van a tener que leer un informe, que supongo que es el de la Comisión de la Verdad, y leer a otros, para saber qué pasó con esos bárbaros abuelos de nosotros que mataron y con los ancestros, entonces, esta gente va a tenerse que decantar”.
O sea, que esa reconciliación de la que me habló ahora, y ese entender y aceptar la verdad, ¿cree que necesita de varias generaciones más todavía y que, por ende, en un año no hemos logrado mucho en ese aspecto?
“Es que esto es muy largo. La guerra es de más de 60 años y no ha acabado, y entonces, ¿qué es lo que yo creo?, que nosotros estamos en el momento del estremecimiento. Estamos en el momento de la catarsis, de la transición y de meter las manos en el fango y de sacar del fango esas piezas rotas de la humanidad que tenemos que está rota, y entonces estamos limpiando del fango una cantidad de cosas a ver qué nos queda para reconstruir este país.
Entonces, ya, ya cuando el fuego se haga ceniza, que va a haber en todos estos relatos de la Comisión y otros relatos, ya empieza un proceso más tranquilo”.
Le pregunto ahora por ese contrainforme que publicaron varias organizaciones, entre ellas el Centro Democrático, de la mano del excomisionado Carlos Ospina. ¿Cómo evaluaron ese hecho?, ¿Cree que de algún modo aporta a la conversación?
“Bueno, sabemos que el comisionado no demostró finalmente la metodología con la que trabajó, entonces él decidió hacer su trabajo aparte, con una convicción inicial de que ese trabajo pertenecía a la Comisión, ¿sí?
Eso muestra un poco la dificultad, yo creo, de muchos sectores de asumir el proceso de la verdad.
Yo creo que ese sector político es parte del modo guerra, es que quiere haber una guerra por el relato y una guerra por la verdad, ¿cierto? y cómo convertir esto en una batalla. Y a mí eso no me parece, digamos, como te digo, a mí me parece bien y me parece normal que una sociedad debata esto.
Pero, ¿cuál es el nivel de debate? O sea, ¿vamos a debatir sobre lo que la Comisión dijo o vamos a debatir sobre mentiras?, lo que nosotros no aceptamos es que hayan tantas mentiras y prejuicios.
Yo leí el documento que sacaron y unos documentos que sacaron de la mano del presidente Uribe (Àlvaro Uribe Vélez).
Yo señalé y yo dije, esto, esto no es cierto de lo que dijo Uribe, esto es discutible y en esto, dije yo, puede tener razón Uribe.
Pero nunca ha habido como un espacio para la conversación. Yo creo que ellos han hecho más esfuerzo en descalificar y cada tanto anuncian que van a hacer otra Comisión de la Verdad y que van a hacer otra cosa.
Entonces, eso me parece que es parte del negacionismo en buena medida, que es parte de una reacción en contra de la verdad. Es que yo creo que es muy importante recordar que la guerra, la guerra no se funda en la verdad. La paz se funda en la verdad. La guerra, la guerra se funda en el ocultamiento y vengo de Dabeiba, donde todo lo que se hizo fue ocultamiento durante 20 años de la verdad.
Entonces, cuando la verdad sale, dicen, “no, es que están induciendo a nuestros héroes a decir que mataron”. Pues no, la verdad es que mataron, punto.
Entonces, eso, sabes, es un proceso mental, cultural, sociopolítico que tenemos que llevar. Yo, por ejemplo con lo que te digo, ayer en la JEP, yo quería ir porque yo dije, es que estas pequeñas cosas son las que van cambiando el país”.
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Créditos
- Daniela Osorio | Coordinadora y periodista
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