La calidad del aire es satisfactoria y existe poco o ningún riesgo para la salud. En el Valle de Aburrá esta condición se cumple cuando hay una concentración de 0 a 12 pg/m3.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha establecido en sus valores guía que el PM2.5 no debería superar 10 µg/m^3 en un tiempo de exposición anual.

En este estado, que es el ideal, no existe restricción para ninguna actividad física en ningún tipo de población.

La calidad del aire es aceptable, sin embargo, la presencia de algunos contaminantes pueden provocar leves quebrantos de salud en grupos sensibles de población.

Esta condición se aplica en el Valle de Aburrá cuando se evidencia una concentración de material particulado PM 2.5 de 13 a 37 pg/m3.

Aunque con este nivel de contaminación las autoridades no limitan las actividades físicas, si recomiendan que las personas de grupos sensibles consideren no realizar esfuerzos prolongados al aire libre.

Se decreta el estado naranja de calidad de aire cuando la concentración de partículas 2.5 se encuentra entre 38 y 55 pg/m3. Con este nivel de contaminación, los grupos sensibles de población pueden experimentar sintomas leves en su salud.

Esta alerta es la que ha provocado en varias oportunidades que el Área Metropolitana decrete estado de prevención. Las personas más vulnerables deben limitar los esfuerzos prolongados al aire libre. El resto de población usualmente no se ve afectado.

Se alcanza cuando existe una concentración de material contaminante PM 2.5 superior a 56 pg/m3 y hasta 150 pg/m3. Pocas veces las estaciones del Valle de Aburrá han alcanzado este nivel de alerta.

El ICA prevé que si la calidad del aire se deteriora hasta este punto, las personas de grupos sensibles deben evitar completamente el esfuerzo prolongado al aire libre, ya que pueden experimentar graves efectos de salud.

Pero incluso con este nivel de contaminación, el resto de población también debe limitar sus actividades, descansando a menudo en su rutina diaria.

Se alcanza cuando el material particulado contaminante PM 2.5 alcanza una concentración superior a 151 pg/m3 y hasta 250 pg/m3.

Aunque las estaciones del Área Metropolitana nunca han marcado estos niveles, en tal caso representaría una emergencia crítica. Todo tipo de población debe suspender en este escenario los esfuerzos y actividades al aire libre.

Es el máximo nivel de alerta que contemplan las autoridades del Valle de Aburrá y se alcanza cuando el material particulado contaminante PM 2.5 alcanza una concentración superior a 250 pg/m3 y hasta 500 pg/m3.

En este estado, la situación ya representa una emergencia sanitaria. Toda la población puede presentar efectos adversos graves en la salud humana. Se debe limitar al máximo cualquier exposición al aire libre.