La historia reciente de la televisión colombiana tiene un antes y un después de la emisión de Yo soy, Betty, La Fea, la producción nacional más vista y adaptada en el mundo.
De la telenovela escrita por Fernando Gaitán y estrenada en noviembre de 1999 se han hecho 28 versiones y ha sido doblada a 25 idiomas.
Antes de que Betty apareciera en la pantalla chica, eran las producciones mexicanas y venezolanas las que dominaban el mercado internacional de los culebrones.
Para el periodista y crítico de telenovelas, Carlos Ochoa, el éxito de los dramatizados nacionales se debe básicamente “a que cambiamos los melodramas y les metimos humor. Esa tendencia puso a Colombia en el panorama de los productores de otros países”.
Ochoa cuanta que las historias nacionales respetaron la estructura romántica, a la que le incorporaron “personajes originales muy auténticos, tal como sucedió con Betty o con Pedro, El Escamoso”.
Otros puntos que destaca el experto es que en el país se impusieron en el mercado la realización de narconovelas a partir de El cartel de los sapos (2008) y las bionovelas musicales, con proyectos como Amor sincero, El Joe y Rafael Orozco, el ídolo.
“Esta fórmula la adoptaron las grandes empresas extranjeras como Televisa, Telemundo o TV Azteca, que no solo retransmitieron las series colombinas, sino que produjeron sus propias historias”.
La vida es inspiración
El libretista César Augusto Betancur, más conocido como “Pucheros”, responsable de dramatizados como La Selección I y II y Las Hermanitas Calle, relata que las historias costumbristas, que dominaban la oferta en los 80 y 90, siguen vigentes, pero que ahora a esos proyectos los llaman bionovelas o historias de época. “La gente piensa, equivocadamente, que una producción costumbrista es en la que se sale de carriel y sombrero. Podría decir, por ejemplo, que en Las Hermanitas Calle hubo costumbrismo de los años 70 y 80. A veces creemos que es solamente lo que nos toca a nosotros, entonces, si los paisas no vemos en los dramatizados sombreros aguadeños y carrieles de Jericó, decimos que se acabaron las novelas costumbristas”.
En los tres años, la realización de telenovelas no se ha limitado a los canales privados RCN y Caracol, sino que los regionales han incursionado con éxito en ese campo.
En 2018, la miniserie Déjala morir, protagonizada por Aída Bossa y emitida por Telecaribe, fue la gran ganadora, con 13 galardones, en la ceremonia de entrega de los premios India Catalina, superando las producciones de los privados RCN y Caracol.
El año, pasado, fue Débora, la mujer que desnudó a Colombia, de Teleantioquia, la que sobresalió con el galardón a Mejor actriz protagónica, con Patricia Castañeda. Esta tendencia ha sido seguida por Telecafé, TRO y Telepacífico.
Las telenovelas (ya no tan tradicionales) seguirán dominando los rating por mucho tiempo y dinamizando el mercado de la televisión.
Cifras de rating que han marcado estos 20 años del siglo
Lo más visto
1. A corazón abierto: 18,9.
2. Pasión de gavilanes: 17,8.
3. Protagonistas de nuestra tele -2010-: 17,6.
4. Yo soy Betty, La Fea: 17,4.
5. Yo me llamo -2011-: 17,0.
6. La reina del flow: 16,8.
7. Amor sincero: 16,7.
8. La Voz Kids -2014-: 16,6.
9. A corazón abierto 2: 16,3.
10. Chepe Fortuna: 16,3.
Lo del año pasado
1. Yo me llamo: 15,4.
2. Loquito por ti: 13,7.
3. La Gloria de Lucho: 12,8.
4. La Voz Kids: 11,9.
5. El Bronx: 11,0.
6. Desafío: 11,0.
7. Yo Soy Betty La Fea: 10,2.
8. Bolívar: 10,1.
9. Un bandido honrado: 9,9.
10. La agencia: 9,1.
* Datos de @ratingcolombia
* Las cifras corresponden al promedio del rating durante el tiempo que estuvieron al aire.
* Según Ibope, un punto de rating corresponde a 280.000 personas).
Estas son las 20 producciones que por sus premios, audiencia y repercusión, más han dado de qué hablar en lo que va corrido en este siglo.