Noel Wells toma el saco que había colgado en la silla, recoge su cartera de la mesa, intenta levantarse y no puede. La correa de la cartera se enredó en la pata de la silla. Con la cartera y el saco verde de lana –enorme, con motas y engorroso– en una mano, se agacha para intentar desenredar el lío. Yo estoy sentado a su lado, me volteo para intentar ayudarla y no puedo evitar ver cómo el vestido se le sube en su intento torpe.
“Esta situación podría salir en la serie”, dice Lena Waithe, y de inmediato Noel se ríe con una risa tonta y –muy– sexy a la vez. Suena algo como un “jijijijijijijijiiji”.
Noel es la novia de Dev (Aziz Ansari) en Master of None, de Netflix, y Lena es la amiga afroamericana y lesbiana de la serie. Verlas a ellas es como ver a sus personajes.
“Hay cosas personales que alimentan los personajes, en especial lo de las relaciones, con quién estamos saliendo o con quién terminamos, todo eso proporciona mucho material”, dice Lena.
El tema principal de la serie es cómo la generación de los millennials, nacidos entre 1980 y 2000, afrontan la relación con sus papás y abuelos, la búsqueda de trabajo, cómo la tecnología cambió las relaciones amorosas y cómo nada es para toda la vida.
Quizá los mejores capítulos de toda la temporada son el noveno, Mornings, en el que se habla de cómo las parejas afrontan la convivencia hoy en día, y el final, en el que todo se pone en la cuerda floja cuando los protagonistas van a una boda y los votos de amor eterno los ponen a dudar sobre sí mismos y empiezan a pensar qué porcentaje de amor sienten el uno por el otro.
El amor según Shakespeare, la Biblia y la generación nacida en la primera mitad del siglo XX, ni siquiera lo piensan. El amor debe ser 100% y debe ser hasta que la muerte los separe. Pero hoy, para los millennials, estar en un trabajo por lo menos un año es un gran esfuerzo, y algo similar pasa con las relaciones amorosas.
Le digo a Noel que, por culpa de ella, millones de personas en el mundo se están haciendo la pregunta de si el amor tiene porcentaje, que mis papás creen en el 100% del amor y que estamos esperando la segunda temporada para saber la respuesta. De su boca estalla un “jijijijijijijijijijiji” estruendoso y responde: “¿tus papás piensan eso? Jijijiji. Bueno, pienso que mi personaje está más en la idea contraria, y yo estoy más con la idea de que el amor va y viene, cambia y no es un 100 por ciento todo el tiempo. Vivir con esa idea es muy frustrante”.