Conversar con ella es sentir la pasión por el vallenato. Lo trae de cuna. Hace parte de una familia importante en el género. Su hermano Alvin Anaya es un reconocido acordeonero en el país y fue quien le enseñó a tocar el instrumento. Ella empezó a cantar a los ocho años, luego vino cargar ese gran fuelle con diapasón y dos cajas armónicas de madera. En 1992 comenzó a participar en festivales vallenatos. Cinco años después, en 1997 ocupó el segundo lugar en la categoría infantil en el Festival de la Leyenda Vallenata. Es una mujer joven pero con experiencia.
Se ganó el papel de la acordeonera de Patricia Teherán en la novela Tarde lo conocí a pulso y hay que añadir algo más, de los protagonistas, fue la única que la conoció personalmente. Tocó con ella en algunos espectáculos, solo tenía 10 años y Teherán la montó en tarima, porque el vallenato también era para niñas, así le tuvieran que amarrar el acordeón, porque le quedaba grande.
La música no ha sido lo único. Mimi Anaya estudió artes escénicas y también Comunicación Social y Periodismo. Pero la música ahí, porque hace parte de su adn. Que me perdone Alejo, es su primer sencillo como cantante y acordeonera, por ahora la faceta musical está en pausa.
Actuar en Tarde lo conocí es también una de las mejores experiencias de su vida, porque no deja de cantar y tocar el acordeón, así sean canciones de otros. Igual es la música que lleva en la sangre. REVISTA VIERNES habló con ella en Cartagena.
¿Cómo fue que conociste a Patricia Teherán?
“Cuando tenía 10 años tuve la oportunidad de conocer a Patricia, ahí en la caseta del pueblo en Montelíbano, Córdoba, mi tierra. Ella fue como cualquier artista a presentarse allá. Mis papás me llevaron, yo tocaba el acordeón y en ese momento me subieron a la tarima a cantar una canción con ella. Patricia quedó fascinada en ese momento y a partir de ahí empecé a hacer show con ella a nivel nacional. Me presenté en Bolívar, Sincelejo y otras ciudades, fue muy bonito”.
¿Vienes de familia de músicos?
“Sí, me han apoyado siempre. Ellos saben lo difícil que es esta carrera”.
¿Qué tan complejo para ti fue tomar la decisión de tener una carrera musical?
“Desde pequeña me empecé a presentar a los festivales vallenatos, allí te tropiezas todo el tiempo con hombres que me dejaban de última porque era mujer, pero todo eso me dio fogueo, experiencia. Tomar la decisión fue un poco difícil pero yo creo que eso hace que uno, como decimos en la costa, tengamos más verraquera, ¿me entiendes? Decir ‘aquí estoy y nadie me va a quitar mi puesto’ ha sido una lucha de muchos años. Hace mucho tiempo estoy en la música, empezar no fue fácil”.
¿Conociste a la acordeonera que estás interpretando?
“Tuve la gran fortuna de conocer a Graciela ‘Chela’ Ceballos hace nueve años más o menos. Ella padeció de cáncer y murió hace un año y medio. En el proceso de su enfermedad estuve muy cerca, porque creamos un grupo de amigos que le ayudamos”.